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El director del CAT busca en "Fuenteovejuna" la raíz común de las culturas andaluzas y palestinas

Margot Molina

El Centro Andaluz de Teatro (CAT) cuenta ya con todas las piezas con las que Emilio Hernández, director del centro y de la obra, montará Fuenteovejuna, de Lope de Vega. Las cuatro actrices palestinas que compartirán escenario con ocho andaluzas se incorporaron la pasada semana a los ensayos. La obra, en versión de la escritora Ana Rossetti, se estrenará el 7 de enero en Sevilla. En este proyecto, con el que Hernández pretende construir una versión del clásico de Lope de Vega que tenga interés para las dos culturas, las mujeres interpretan también los papeles masculinos. Serán 12 actrices de nuestro tiempo encerradas en un territorio cercado y representando una tragedia que sigue vigente.

"El proceso de trabajo nos permitirá descubrir los puntos en común que nuestra cultura tiene con la andaluza", comentó ayer en Sevilla, en el plató del Centro Andaluz de Teatro en el que ensayan Fuenteovejuna, Raeda Ghazaleh, directora adjunta del Teatro Al-Kasaba de Jerusalén (Palestina) con el que el CAT colabora en este montaje. "Emocionalmente, todos hemos entrado en el conflicto que las mujeres de Fuenteovejuna afrontan juntas", añade Ghazaleh. "Queremos que el espectador sea consciente que hay dos comunidades en el escenario contando la misma historia", explica Emilio Hernández. "Hemos buscado un texto que tuviera un interés común para ambas culturas y creemos que Fuenteovejuna es el ideal porque tiene el personaje colectivo más conocido de toda la historia del teatro", añade el director de la obra. Georgina Asfour, Sahar Khalifeh y Sandra Madi -Rabeah Morkus llegará hoy de Palestina-, junto a sus compañeras andaluzas, bailaron y cantaron ayer, al ritmo de los tambores que tocaban ellas mismas, para ofrecer un anticipo de lo que será esta nueva versión de Fuenteovejuna. Los ritmos árabes y el flamenco se mezclaban con facilidad en el plató del CAT. "Nos resulta difícil porque no conocemos el idioma pero, paso a paso, estamos conociéndonos y relacionándonos con las actrices andaluzas", comentó Georgina Asfour, quien había leído la obra de Lope de Vega pero nunca la había representado. "El planteamiento de la historia es un grupo de mujeres de nuestro tiempo que se propone contar la historia de Fuenteovejuna. Se trata de poner en escena la esencia de una rebelión en la que las mujeres son las protagonistas", comenta Emilio Hernández que cuenta en esta producción con algunos de los profesionales que colaboraron con él en su anterior montaje, Madre Caballo. La escenografía, de Vicente Palacios, encierra a las actrices tras una alambrada. "Es una tarima muy sencilla que reproduce un espacio cualquiera que está invadido. Las personas que están dentro se encuentran en libertad vigilada", dice Palacios. La producción, con un presupuesto de casi 20 millones de pesetas, permanecerá en el teatro Central de Sevilla desde el 7 de enero hasta el día 24 del mismo mes. La obra contará también con la música de Paco Aguilera y Bishara Khill, la iluminación de Manuel Iradier, el diseño de vestuario de Manolo Nieto y la coreografía de la bailaora Ana María Bueno.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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