Txuspo Poyo exhibe en Pamplona su propuesta "mestiza" del cine y producción videográfica El artista navarro afincado en Nueva York expone también en París y acaba de hacerlo en Madrid

El poder de la imagen y la experimentación visual de la videocreación constituyen el eje de la exposición que el artista navarro Txuspo Poyo (Alsasua, 1963) exhibe estos días en Pamplona (Galería Lekune, calle Bergamín, 14). Poyo, afincado desde 1991 en Nueva York, plantea en su muestra, titulada Desert Ice, sus últimas obras fotográficas y de videocreación, influenciadas por una cultura cinematográfica de la que participa. No en vano ha colaborado con los directores de cine Daniel Calparsoro o Chus Gutiérrez y fue el autor de los decorados de la película Alma gitana.

La exposición Desert Ice presenta un espacio claramente dividido en tres áreas articuladas alrededor de una improvisada sala de proyecciones. Sus trabajos Control, Safe y Apple Core, rodados por el artista en Nueva York y Navarra utilizando tecnología digital, evidencian la evolución desde la pintura hacia el terreno de la edición videográfica mediante ordenador. Y también su interés por la secuencia y por la multiplicidad de unas imágenes que no pueden separarse del sonido ambiente y obligan al espectador a dejarse seducir por la magia de la proyección. Pese a su alejamiento de España, Txuspo está muy presente en el panorama artístico nacional. De hecho, acaba de terminar su primera muestra individual en la galería Juan Bravo de Madrid y tanto los ayuntamientos de Vitoria, Mondragón y Pamplona, como el Museo de Bellas Artes de Vitoria, el Museo de Navarra, la Diputación de Vizcaya o la Fundación Caixa de Pensiones de Barcelona, poseen obras suyas. El hallazgo del celuloide La galería parisina Glass Box presenta ahora mismo otra muestra videográfica del artista, que cursó Bellas Artes en Bilbao y que también está exponiendo en Salamanca y prepara trabajos para una exposición colectiva en Bangkok el próximo año. "Me interesa el celuloide como transparencia, como algo transitorio", dice Txuspo, quien en 1989 halló en un viaje a Londres rollos de película desechados que llamaron su atención. Desde ese momento, incorporó a su quehacer artístico este material. Con ellos preparó una cortina gigante en la exposición que desarrolló en la Casa de Cultura de Basauri, en 1991. "El celuloide te ofrece información, pero resulta abstracta porque es una información en movimiento", añade Poyo, quien plantea una reflexión sobre la crisis de la imagen estática, fotográfica o virtual porque "no son reales", sino "producidas por la mente humana". Sus últimas fotografías, en las que utiliza la técnica de los rayos infrarrojos, adquieren también una resonancia cinematográfica. El artista de Alsasua se considera a sí mismo un "clásico" en constante experimentación, lo que le lleva a hora a construir decorados de ambientación doméstica con los que explora las relaciones del hombre con los objetos que le rodean. "Es la falsedad real, porque existe al ser creada, de lo cotidiano que recoge la imagen", señala Poyo.