"Adriano" para siempre
Uno de los símbolos más arraigados en la memoria colectiva de la Bahía de Cádiz, el emblemático vapor Adriano III, tiene garantizada su supervivencia. La Consejería de Cultura aplica desde ayer un sistema de protección a la motonave, mediante su declaración como Bien Catalogado de Interés Etnológico de Andalucía. El trámite ya se ha iniciado, y con él la aplicación de las medidas legales que garantizan que este trozo de la Bahía no podrá quedar superado por los caprichos de la rentabilidad del servicio o por la efectividad de los nuevos sistemas de locomoción en la comarca. En un emotivo acto desarrollado a bordo del vapor, con música de carnaval gaditano de fondo, la consejera de Cultura, Carmen Calvo afirmó ayer que "el Adriano es una manera de vivir el mar de la Bahía, una forma de comunicación ancestral entre los portuenses y los gaditanos, que merece ser salvaguardada, ya que la cultura no es sólo objetos, que es también la manera de ser de los andaluces". A efectos prácticos este procedimiento de catalogación va a traducirse en el compromiso del Gobierno andaluz de mantener vivo al vapor, además de procedimientos de su promoción mediante publicaciones que vendrán a fijar la historia del barco y su relación con las gentes de la Bahía de Cádiz a lo largo de los años. De esta forma, la consejería ha iniciado "una profundísima investigación sobre su origen histórico, que será publicada a finales del año próximo". Ciertamente, la historia del vapor es vasta, y su relación con sus dos ciudades, intensa. Llegada desde El Ferrol en el año 1929, coincidiendo con la celebración de la Exposición Universal de Sevilla, la familia Fernández estableció su residencia en la Bahía para instalar una línea marítima de pasajeros, disponiendo el atraque de su primer Adriano en El Puerto de Santa María. Desde entonces los hermanos Pepe y Juan han mantenido el servicio de manera continuada y diaria hasta hoy. Al Adriano I le tomó el relevo en 1932, el segundo barco del mismo nombre. Y a éste, el tercero, que opera desde 1955. Atrás quedan dificultades económicas que incluso hicieron temer por la pérdida de la actividad a mediados de ésta década. En éstos años, el vapor ha logrado hacerse presente en el quehacer cotidiano, y ha servido de elemento inspirador para las poesias de Rafael Alberti y las letras de carnaval de Paco Alba. El pasado verano el brazo derecho del Adriano, Pepe Fernández anunció su jubilación, a los 89 años. Ahora, su hermano Juan, de 70, asume la labor de patrón de la embarcación, pero está en el aire la renovación del compromiso familiar, ya que las nuevas generaciones mantienen un camino profesional distanciado de la motonave. "Cuando yo salga de aquí, no se qué harán los demás", decía ayer Juan, sin lograr evitar sentirse abrumado por la presencia de notables de la política andaluza a bordo. La iniciativa de establecer medidas de protección sobre el vapor surgió el pasado año en una entidad cultural portuense. El Grupo Vitolfílico Bahía de Cádiz inició los tramites para una declaración de Patrimonio Cultural a la que, en un principio, pocos hicieron caso. Sin embargo, la evidente justificación de la petición logró que el trámite tomase cuerpo y en apenas unos meses se iniciase el procedimiento legal. Desde ayer el Adriano duerme mas tranquilo en la dársena del muelle de San Alejandro, en El Puerto. Y desde ayer está garantizada la oportunidad de los niños de la Bahía de seguir teniendo su primera experiencia de navegación a bordo del Adriano, como han hecho decenas de generaciones de Cádiz y El Puerto.
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