"¿Qué es eso de la legionaria?"
"¿Qué es eso de la legionaria?". La pregunta podría ser la línea de diálogo de un chiste, de no haber sido pronunciada ayer por una alumna del Instituto de Enseñanza Secundaria 8 de Marzo de Alicante, uno de los dos centros docentes de la ciudad que esta semana cerraron sus puertas durante dos días para ser desinfectados y erradicar la bacteria de la legionella, un microorganismo que no es para tomárselo a broma, puesto que su inhalación puede provocar la muerte, especialmente en las personas que padecen problemas respiratorios. Los alumnos volvieron ayer a las aulas sin que nadie les informara ni del porqué de esos dos días de vacaciones ni la naturaleza de la bacteria que las motivó. "Primero nos dijeron que el agua estaba contaminada, y hoy nos hemos enterado de lo de la legionella", comentó otro adolescente del mismo grupo. Una compañera señaló que habían preguntado en clase por las características de la enfermedad y la respuesta de la profesora fue de antología: "Nos ha dicho que no nos preocupemos, que sólo afecta a los mayores de 40 años, que a nosotros no nos pasa nada". Es cierto que está comprobado que la legionella ataca con mayor virulencia a las personas de edad avanzada, puesto que éstas tienen menos defensas y mayor propensión a padecer dificultades al respirar, pero a un joven puede llegar a causarle una neumonía. La voz de alarma sobre la infección saltó en septiembre, precisamente con la muerte por neumonía de una catedrática del Conservatorio. La autopsia reveló que el detonante de la crisis había sido la bacteria de la legionella, por lo que la Consejería de Medio Ambiente procedió a tomar muestras en los dos centros docentes en los que impartía clases la fallecida: el Conservatorio y el instituto, donde funciona una extensión de aquél. En ambos se detectó la bacteria, por lo que se contrató a una empresa para desinfectar las tuberías con cloro en estado puro, cuya toxicidad aconsejó a los responsables de Educación suspender las clases hasta que las labores de limpieza hubieran finalizado. El secretismo ha rodeado el caso. De hecho, la directora del instituto se negó ayer a hacer cualquier tipo de valoración. Nada se supo hasta el miércoles, cuando los sindicatos emitieron un comunicado en el que denunciaban que el cierre se debía a la existencia de legionella en las tuberías del instituto y del Conservatorio de Música, circunstancia de la que no habían sido informados. Los alumnos se encontraron el martes por la mañana con un cartel en la puerta del instituto en el que se les informaba de la suspensión de las clases por la hipercloración del agua. Los empleados de la cantina conocieron el caso el lunes por la noche, cuando la dirección del centro les comunicó que al día siguiente no debían acudir a trabajar porque las clases se suspendían mientras duraran los trabajos de desinfección. Los profesores que trabajaron el lunes se enteraron al acabar su jornada laboral, y los que no, al acudir al centro a la mañana siguiente. El delegado territorial de Educación, José Marín, señaló que la situación está normalizada y que remitirá a Sanidad la petición del claustro de profesores del Conservatorio de Música, que acordó el miércoles solicitar una intervención directa del Comité de Salud Pública y planteó la posibilidad de que las autoridades sanitarias revisen todos los centros docentes no universitarios de Alicante. "La situación sólo nos preocupó los dos primeros días", dijo ayer el profesor José Francisco Ortí, que aseguró que el profesorado se quedó tranquilo con las explicaciones de los técnicos de Medio Ambiente. Los alumnos, sin embargo, sólo conocen la legionella por la rumorología. Ortí, que enseña Ciencias Naturales, no habló de la bacteria en clase. "A los chavales, más que temer a la desinformación, les preocupan los dos días de fiesta que han tenido", bromeó.
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