El fiscal Starr presenta hoy ante el Congreso su causa contra Clinton por obstrucción a la justicia
Kenneth Starr se sentará hoy en el banquillo de los testigos, jurará decir la verdad, hará una larga declaración previa y responderá luego a toda suerte de preguntas sobre el caso Lewinsky. El fiscal hará todo un alegato para sostener que los dos casos por los que ha investigado a Bill Clinton -Whitewater (presunta corrupción inmobiliaria) y Lewinsky- tienen algo en común: una sistemática actitud de obstrucción a la justicia. Añadirá que esa actitud merece la destitución del presidente y fue la que condenó a Nixon. Los demócratas y los abogados de la Casa Blanca tendrán 140 minutos para interrogarle.
La comparecencia de Starr ante el comité de Asuntos Judiciales de la Cámara de Representantes será el primer acto de las audiencias públicas de ese organismo sobre el proceso de impeachment de Clinton. Starr, cuya presencia fue solicitada por los miembros demócratas del comité, se convertirá de interrogador en interrogado.La Casa Blanca, a través de su portavoz Joe Lockhart, denunció ayer como "injusto" y "partidista" el tiempo de interrogatorio que el republicano Henry Hyde, presidente del comité, ha concedido a los abogados de Clinton. Son 30 minutos, pero la Casa Blanca hubiera deseado una hora y media. Hyde replicó que a esa media hora cabe añadirle el tiempo -110 minutos-, en el que Starr tendrá que contestar a las preguntas de los congresistas demócratas. Los amigos de Clinton le interrogarán sobre sus motivos, métodos y gastos en el caso Lewinsy. Sus preguntas serán de este tenor: ¿por qué pasó de investigar Whitewater a ocuparse de las aventuras sexuales del presidente?, ¿participó en alguna conspiración para tenderle una trampa a Clinton?, ¿empleó métodos inquisitoriales para forzar a declarar a varios testigos?, ¿violó el secreto de la instrucción con filtraciones a la prensa?, ¿en qué se gastó casi 50 millones de dólares durante sus pesquisas sobre Whitewater y Lewinsky?.
Starr, según adelantó ayer su portavoz, Charles Bakaly, contraatacará con energía. Dirá que ha gastado tanto tiempo y dinero en el caso Whitewater sin poder concretar acusaciones contra Clinton porque la Casa Blanca le ha zancadilleado una y otra vez. Citará la "limpieza" de documentos efectuada en el despacho de Vincent Foster en la noche que siguió al suicidio de este amigo de los Clinton, que también era su abogado en Whitewater. Y mencionará la entrega por parte de amigos de los Clinton de más de 500.000 dólares (más de 70 millones de pesetas) a Web Hubbell, socio de Bill y Hillary en Whitewater, para, según sus sospechas, comprar su silencio. Respecto al caso Lewinsky hará una serie de precisiones. Recordará que los abogados de Paula Jones le preguntaron a Clinton por sus relaciones con Lewinsky en virtud de la ley contra el acoso sexual que el presidente, a demandas de las feministas, firmó en 1994. Esa ley autoriza a la mujer demandante a investigar la vida sexual del demandado.
Starr añadirá que él, como fiscal independiente, entró en acción tras recibir la noticia de que Clinton podía haber cometido perjurio al negar sus relaciones sexuales con Lewinsky ante los abogados de Jones. Y recordará que fue autorizado para ello por tres jueces federales y la propia ministra de Justicia de Clinton, Janet Reno. El fiscal incidirá en que el perjurio es un delito, incluso en casos civiles.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.