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La UE sitúa a la Comunidad entre las regiones que todavía necesitan ayudas del Objetivo 1

La Unión Europea considera que la Comunidad Valenciana se encuentra entre las regiones que todavía necesitan ayudas estructurales para evitar fracturas económicas, sociales y políticas en el conjunto. Los indicadores recogidos por la agencia estadística europea (Eurostat) en su informe anual sitúan la renta de los valencianos en un 74,37% de la media de la Comunidad Europea, por debajo del 75% que supone el techo para acceder a las ayudas del paquete de fondos denominado Objetivo 1, un paquete que será revisado por la Comisión Europea en 1999.

La UE viene distribuyendo fondos para intentar equiparar las rentas de sus ciudadanos y denomina estructurales las ayudas que persiguen tanto mejorar las infraestructuras y la formación del capital humano, como evitar el deterioro del medio ambiente. El último reparto de fondos se produjo en 1994 por un septenio. En la actualidad, los estados miembros del club comunitario estudian cómo se repartirán esos fondos entre el 2000 y el 2006, un debate político que sólo se resolverá durante el próximo año en el seno de la Comisión Europea. Eurostat elabora un informe anual sobre la situación económica de las distintas regiones europeas que refleja la riqueza relativa en "unidades de poder de compra", una media estadística que se puede asimilar a la renta per cápita ligeramente corregida. Si se aplicaran los mismos criterios estrictamente numéricos que decidieron el último reparto de fondos europeo, la Comunidad Valenciana seguiría siendo acreedora de las ayudas para regiones menos desarrolladas porque la capacidad de compra de los valencianos quedaría situada en un 74,37% de la media europea. Los resultados de la encuesta están basados en los indicadores correspondientes a los años comprendidos entre 1994 y 1996 e incluyen los datos del censo correspondiente al último ejercicio del trienio, que arrastran a la baja la renta media de los valencianos. La Consejería de Economía optó por la prudencia ante la difusión de los datos a través de la prensa y evitó los comentarios hasta disponer de la encuesta de Eurostat de forma oficial. Fuentes de la Generalitat comentaron que la negociación sobre el reparto de fondos no está cerrada todavía y advirtieron que a "medio y largo plazo" la distribución de fondos se modificará. Influye, por un lado, la futura incorporación de nuevos estados del Este de Europa a la UE cuyo nivel de renta no compara con la media comunitaria; y, por otro, las reticencias de los países más ricos a ceder fondos. Las mismas fuentes alertan sobre la redefinición de las condiciones para acceder al Objetivo 1, pero insisten en destacar que el periodo transitorio está garantizado y "el nuevo escenario" no tendrá vigencia hasta entrado el siglo XXI. Joan Romero, secretario general del PSPV, ofrece otra lectura sobre los indicadores recogidos por Eurostat: "De confirmarse la encuesta sólo demuestra que la Comunidad Valenciana no se acerca a la renta media europea, sino que está estancada". Romero recuerda cómo en su día había advertido que los datos que baraja la UE correspondientes a 1995 y 1996 "no eran buenos". Pero extiende el comentario a lo que denomina "datos secundarios", que no son estrictamente numéricos pero que reflejan deficiencias estructurales. Entre ellos cita "las dificultades de competitividad del modelo tradicional debido al tamaño de las empresas"; la "escasa dotación estructural" de las pymes; la "ausencia de inversión en Investigación y Desarrollo"; o el "bajo índice de población ocupada en el sector industrial". Factores todos ellos que desembocan en una "pérdida neta de competitividad exterior" en relación al resto del Estado. Con el mismo calado a largo plazo, Romero alerta sobre "el porcentaje de población activa sin estudios", un indicador en el que sólo quedan por debajo de la Comunidad Valenciana las comunidades de Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía. También advierte sobre la "baja capacidad adquisitiva media" de los valencianos, un indicador que se muestra a la baja, entre otras cosas, porque "las pensiones de jubilación en la Comunidad Valenciana son las más bajas respecto a otra regiones". Romero recuerda el último informe de la Comisión Europea sobre la Comunidad Valenciana en el que se citaban tres factores de estrangulamiento que podrían aquejar a la economía regional: la escasa dotación en infraestructuras; la debilidad del capital humano; y el deterioro medioambiental; los aspectos que considera prioritarios la UE a la hora de distribuir fondos estructurales. Fuentes de la Comisión Europea consideran que los datos recogidos por Eurostat no acaban de ajustarse a la realidad económica valenciana. La economía sumergida, por ejemplo, despierta las sospechas de los socios comunitarios más ricos y rigurosos que exigen una revisión, más política que económica, de los criterios de reparto.

Estadísticas y cantos de sirena

Joan Romero, secretario general del PSPV, cargó con severidad contra los "cantos de sirena" en torno a la bonanza económica y el liderazgo del Arco Mediterráneo que constituyen parte esencial del discurso de Eduardo Zaplana y del conjunto del Partido Popular en la Comunidad Valenciana en los últimos tiempos. El dirigente socialista comenta que los indicadores relativos a la Comunidad Valenciana recogidos por Eurostat constituyen "una noticia agridulce", puesto que reflejan la distancia de los valencianos con respecto al conjunto de los ciudadanos europeos. Pero insiste en la necesidad de pisar la tierra: "Los servicios estadísticos de la UE son más serios que los de José Luis Olivas o Eduardo Zaplana, que pretende liderar el crecimiento mundial pero parece que se deja llevar por la euforia de su economía particular y la de sus amigos". El análisis de los datos recogidos por Eurostat permite a Romero afirmar que "la tasa de crecimiento real de la economía valenciana revela una disminución en el año 1996 respecto a los últimos años de gestión socialista, situándose a partir de ese momento en un crecimiento inferior a la media española". Los socialistas recuerdan que "en el periodo comprendido entre 1995 y 1997 la Comunidad Valenciana es la quinta comunidad autónoma que menos creció, un 5,72% del PIB, mientras que en ese mismo periodo, la media española de crecimiento fue del 6,4%". El PSPV considera que la economía valenciana sufre graves problemas por su "apertura al exterior", que contrasta con la "falta de política industrial" y la ausencia de una "rigurosa política de promoción exterior".

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