Una plantilla totalmente femenina
La empresa Prefabricats Pujol, de Mollerussa (Pla d"Urgell), dedicada a la producción de estructuras prefabricadas de hormigón y armaduras para encofrados, será pionera en España en contratar sólo a mujeres para una nueva planta que está construyendo en las afueras de esta localidad leridana. La empresa, que tiene una plantilla de 500 trabajadores y factura más de 9.000 millones de pesetas al año, invertirá 800 millones de pesetas en instalaciones, maquinaria y formación de las trabajadoras, que harán trabajos realizados habitualmente por hombres. La noticia ha llamado la atención en determinados sectores del mundo laboral y en especial en algunos colectivos feministas, de donde han partido ya los primeros ataques al considerar esta iniciativa empresarial como una nueva forma de explotación de la mujer. El gerente de la empresa, Josep Maria Pujol, no se cansa de explicar que la decisión de contratar sólo a mujeres "no ha sido por capricho", sino porque no hay hombres suficientes para cubrir los 120 puestos de trabajo de nueva creación. Ante las dificultades para encontrar mano de obra masculina en una comarca dedicada plenamente a la agricultura, Prefabricados Pujol optó por buscar otras alternativas para cubrir los nuevos puestos de trabajo. Tras realizar un estudio de mercado, la empresa vio como posible solución al problema la contratación de mujeres a media jornada, por lo que colocó anuncios en la prensa provincial solicitando candidatas. La respuesta no se hizo esperar. En las oficinas se han recibido hasta el momento unas 250 solicitudes de mujeres interesadas en ocupar una de las plazas ofertadas. Turnos de cuatro horas La puesta en marcha de la nueva planta de producción en la que básicamente trabajarán mujeres, ha obligado a la dirección de la empresa a mecanizar todo el proceso productivo, de forma que el trabajo que antes se hacía manualmente con unas tenazas, a partir de ahora se hará apretando el botón de una pistola de aire comprimido, fácilmente manejable independientemente de la fuerza física y resistencia de quien lo utilice. "Sustituiremos la fuerza por la habilidad", añade Pujol. Una de las tareas de las trabajadoras será manipular armaduras de hierro para la construcción uniendo las barras y los estribos con alambre. Mayte Bonet y Maite Güiza, de 27 y 32 años, son las dos primeras mujeres contratadas por la empresa para la nueva planta. Ellas serán las encargadas de programar y coordinar el trabajo en función de los pedidos. "Esta es una magnífica oportunidad para demostrar que las mujeres pueden hacer lo mismo que los hombres. Poder trabajar sólo cuatro horas será una ventaja para muchas mujeres de esta zona que también se encargan de las tareas domésticas. En este caso se adaptarán fácilmente al trabajo porque no supone una dureza especial", opinan. La jornada laboral estará organizada en tres turnos de cuatro horas diarias. Las mujeres que lo deseen podrán trabajar ocho horas, pero no en turnos consecutivos. La previsión de la empresa es que la nueva planta, de 4.400 metros cuadrados, empiece a funcionar a partir del próximo mes de enero. A partir de ahora, las mujeres seleccionadas asistirán a cursos teóricos y prácticos de formación a fin de adquirir los conocimientos básicos del que será su trabajo. El empresario asegura que esta iniciativa, pionera en el sector de la construcción, cuenta con el beneplácito de los sindicatos, y mantiene el compromiso de que las futuras empleadas de esta fábrica percibirán, como marca la ley, el mismo salario que un hombre que ocupara el mismo puesto de trabajo.
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