"Condonar la deuda a Centroamérica no es más que un gesto"
Pablo Rodríguez (Pamplona, 1969) practica el comercio justo. Es decir, intenta conocer con detalle cómo se ha fabricado lo que compra. Y elige, siempre que puede, productos que ayudan a los trabajadores de los países del Sur a romper amarras con las multinacionales del Norte. Rodríguez pertenece a Sodepaz, una ONG con 5.000 socios en España. El pasado miércoles participó en el ciclo sobre Consumo sostenible, organizado por el Ayuntamiento de Bilbao, donde habló del manual Rebelión en la tienda, (Icaria). Él ha sido uno de los encargados del capítulo español de este libro, escrito en Italia. Pregunta. ¿Qué porcentaje de comercio es justo? Respuesta. La proporción de este comercio alternativo al tradicional no llega al 1% en todo el mundo. Es algo muy minoritario. P. ¿Y en España? R. España ha llegado tarde al comercio justo, con 20 o 30 años de retraso. Pero desde que empezó, en 1989, está teniendo un desarrollo muy rápido, lo cual es importante aunque sigue siendo algo superminoritario. Los países más potentes en comercio justo son, hoy por hoy, Holanda, Alemania, Italia y Gran Bretaña. P. ¿Dónde hace la compra semanal? R. En la tienda de la esquina, en la frutería de enfrente,... algunos productos en la tienda de comercio justo. Por ejemplo, café de Cuba, azúcar integral de caña o mermelada de Ecuador. Y la verdad es que a veces me acerco al híper. Desde luego, nadie es puro. Es un proceso educativo que requiere mucho tiempo. P. ¿Cuánto más caro sale al bolsillo? R. Depende de lo que compres. En artesanía, será probablemente más barato. Sin embargo, en alimentación es más caro. P. ¿Cuáles son los beneficios a largo plazo? R. Apoyar a pequeños productores de países del Sur a tener garantizados unos ingresos fijos, sin depender de las fluctuaciones del mercado ni del precio que marquen las multinacionales. Beneficia también a los procesos democráticos internos en la zona, a proyectos de desarrollo local, y a que desde aquí se tenga un mayor conocimiento de los pueblos del Sur. P. ¿Cómo sabe el consumidor que lo que compra es tan justo como le dicen? R. Existen organizaciones a nivel europeo y mundial que lo garantizan después de haber supervisado el proceso desde el origen hasta la venta. Ahora la pelea en el Estado español es sacar una marca de comercio justo, una especie de label de garantía. P. ¿Hay peligro de fraude? R. Aún no ha pasado pero ciertamente es un peligro. Ya ha ocurrido con la marca verde. Ahora todo es ecológico. P. Dé alguna pista al consumidor que quiere ser justo, solidario y ecológico. R. Seguir la historia del producto. Por ejemplo, en el caso del café, saber dónde ha sido plantado, cómo, quién lo vende, quién lo distribuye. Si las marcas no lo explican, hay que mandarles una carta y preguntar. Ése es el papel y el poder de la ciudadanía. La economía no se puede dejar en manos de los expertos porque alguien les paga. Ésa es la clave, seguir la pista al producto. Por ejemplo, si compras café Nestlé sólo cuatro pesetas de cada 100 que pagas, van a productor, el resto es para la multinacional. Si lo compras de comercio justo, 33 pesetas van para el productor. P. ¿Qué le parece que Francia haya condonado la deuda a Nicaragua y Honduras? R. No está mal, pero lo podía haber hecho antes. Porque ahora se van a volver a endeudar con la reconstrucción. No es más que un gesto. P. ¿Para qué sirven los boicoteos a cierta marca? R. Tras la campaña contra Nike, algo han mejorado las condiciones de trabajo en sus fábricas. No obstante, es una vergüenza que sólo con lo que le han pagado a Ronaldo en el Mundial, se podrían haber mejorado las condiciones de vida de todos sus trabajadores en los países del Sur. P. ¿Qué campañas quedan pendientes? R. Muchas, muchas,... Existe una iniciativa muy interesante para acabar con la pobreza. Se propone aplicar un impuesto del 0,05% a cada transacción que haga una multinacional. Supondría cerca de 100.000 millones de dólares al año. P. ¿Tienen los ojos puestos en alguna empresa española? R. Endesa, por lo que está haciendo en Chile con una presa en territorio mapuche. Telefónica, en Perú, o Casa, que vende armamento a los países del Sur.
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