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La Audiencia excarcela a un preso y le obliga a seguir un tratamiento antidroga

El tribunal asegura que es "absurdo" mantener en la cárcel a un interno enfermo

La Audiencia de Madrid ha excarcelado a un interno de la prisión de Navalcarnero, Victoriano García-Redondo, de 36 años, cuando aún le quedaban más de tres años de prisión. Lo llamativo de esta resolución es que los jueces han supeditado su libertad a dos condiciones: que una vez en la calle se someta a un tratamiento de deshabituación a las drogas, y que el propio interno o bien "sus familiares, amigos o abogado" informen periódicamente al tribunal de la evolución del tratamiento. Si lo incumple, su libertad quedará de inmediato revocada, advierte la Audiencia.

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El tribunal le ha excarcelado en contra del criterio de la junta de tratamiento de la prisión, del fiscal e incluso del Juzgado de Vigilancia número 2 de Madrid, del que depende Navalcarnero. Este juzgado le había negado por dos veces la libertad condicional.A Victoriano, que ha seguido en la cárcel un tratamiento con metadona frente a su drogodependencia, le ha llegado la libertad tras cumplir 13 de los 28 años de condena que pesaban sobre él. Su historial delictivo es dilatado: robos con violencia, intento de homicidio, atentado a la autoridad...

El tribunal basa la excarcelación en que Victoriano está gravemente enfermo (sufre sida y hepatitis B y C) y en que dispone "de un apoyo exterior extraordinariamente bueno: cuenta con apoyo sentimental y de amigos de gran nivel cultural que se han comprometido por escrito a ayudarle si es excarcelado". De seguir en la cárcel, su pena "se tornaría inhumana; y es absurdo mantener la prisión de quien puede hacer vida honrada en libertad, pues ya ha cumplido su pena en buena medida y además está enfermo".

Desde su ingreso carcelario en 1985, Victoriano sólo había pisado excepcionalmente la calle con algún permiso. Hace cuatro años cumplió las tres cuartas partes de su condena, lo que, según la ley, le da opción a la libertad condicional.

Hace 45 días, su esposa le llevó a Navalcarnero el auto judicial de libertad y las condiciones que contenía. "Desde que salí en libertad he ido todas las semanas a un centro de Carabanchel para que me prescriban metadona, tal como me ordena el tribunal. Y voy a seguir así", destaca.

Cartas a los jueces

Victoriano llevaba mucho tiempo remitiendo cartas a los jueces en las que pedía su excarcelación y les informaba de las "provocaciones" que, según él, recibía de algunos funcionarios que pretendían segarle el camino de la libertad condicional.En ellas expresaba su arrepentimiento por las acciones delictivas cometidas y pedía una oportunidad para rehacer su vida.

Sus súplicas se toparon siempre con la negativa de la prisión y del juzgado de vigilancia. Finalmente presentó un recurso ante la Sección Quinta de la Audiencia de Madrid (el máximo órgano judicial penitenciario de la Comunidad de Madrid). Un catedrático de Didáctica de la Universidad Complutense, Miguel Fernández, apoyó por escrito su excarcelación.

El tribunal estudió el caso el pasado mes de septiembre y decidió concederle la libertad condicional. Pero puso las siguientes condiciones: "[Deberá] continuar con el programa de tratamiento con metadona, o bien someterse a un tratamiento externo de deshabituación a las drogas (...) Y el tribunal deberá ser informado por el interesado, por sus familiares o amigos, su letrado o por la Administración penitenciaria" del cumplimiento de esta condición; de lo contrario, "se le revocará inmediatamente la libertad".

"Es una medida muy humanitaria, justa y coherente con el espíritu de reinserción del nuevo Código Penal", asegura Gabriel Moreno, el abogado que llevó sus reivindicaciones de libertad ante los jueces.

A comienzos de este año, la Sección Quinta de la Audiencia acordó adelantar la excarcelación de los presos con enfermedades irreversibles y no esperar hasta su periodo de agonía. Es decir, concederles la libertad en el momento mismo en que el médico diagnostique que un preso sufre una enfermedad grave. Su criterio es que este tipo de reclusos puedan "vivir dignamente" el tiempo que les quede de vida. Los magistrados de este tribunal -José Luis Calvo, Arturo Beltrán y Jesús Aguirre- rompieron así la costumbre de otros jueces de esperar hasta el umbral de la muerte del interno para decretar su libertad. Victoriano es víctima del sida, pero no ha desarrollado aún la enfermedad.

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