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Languidez comercial

La transformación del viejo mercado de pescado de la Puerta de Toledo en un recinto comercial de lujo surgió en 1986 de un convenio entre el Ayuntamiento, propietario del recinto, y la Comunidad, a la sazón gobernados por los socialistas Juan Barranco y Joaquín Leguina, respectivamente. Las ideas rectoras perseguían satisfacer la necesidad de dinamizar comercialmente la zona y hacer despegar desde allí una vida cultural y de ocio entonces inexistente. El proyecto se insertaba en un plan de rehabilitación del área. La inversión frisó los 3.000 millones. Por razones diversas, como el diseño comercial, desproporcionadamente lujoso en un ámbito contiguo al Rastro, más yerros en su promoción y en la gestión, declinó económicamente de forma inexorable. Los comerciantes lo abandonaron. Hoy, el Gobierno regional baraja su conversión en unos multicines, la última idea para resucitar al moribundo.

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