Guipúzcoa supedita la Eibar-Vitoria a que se prorrogue durante 40 años el peaje de la A-8
El plan de viabilidad económica de la autopista Eibar-Vitoria está supeditado a una prórroga del peaje de la Bilbao-Behobia (A-8) durante un período de 40 años. En caso contrario, la Diputación de Guipúzcoa debería realizar una aportación de 78.000 millones de pesetas para financiar la futura vía, que tiene un coste "fiable" de 116.000 millones. Esta alternativa fue presentada ayer por el diputado de Transportes y Carreteras, Antton Jaime, en las Juntas Generales de Guipúzcoa, donde sólo HB manifestó su oposición a un dilema económico que, a juicio de la coalición, es falso porque supone "la muerte por asfixia o por ahorcamiento". El primer plan expuesto por Jaime propone que la Eibar-Vitoria se financie con la incorporación de capitales que supondría la prórroga de la A-8, cuya concesión finaliza el 31 de diciembre del año 2003, durante otros 40 años. En esta hipótesis, la autopista no se construiría para el año 2004 desde Eibar hasta Vitoria, sino hasta Luko, donde enlazaría con la carretera N-624 que comunica las capitales alavesa y vizcaína por Barazar. El tramo entre Luko y Etxabarri se construiría entre los años 2008 y 2010. La inversión necesariaa ascendería a 142.000 millones, al incluir el nuevo cinturón de San Sebastián y la construcción de terceros carriles en varios tramos guipuzcoanos de la A-8. Los peajes en las dos autopistas tendrían un coste aproximado de 15 pesetas por kilómetro, lo que equivaldría a una rebaja del 40% sobre los precios ahora vigentes en la A-8. El diputado Jaime señaló que, en cualquier caso, el Gobierno vasco debería implicarse en el proyecto. PASA A LA PÁGINA 3
La Diputación de Guipúzcoa deberá aportar 78.000 millones si no se prorroga el peaje de la A-8
VIENE DE LA PÁGINA 1 En la segunda hipótesis, la construcción de la Eibar-Vitoria se financia con independencia de la A-8, exclusivamente con fondos públicos y el peaje. En este caso tampoco se construiría todo el trazado, ya que para 2004 sólo se abriría al tráfico el tramo Eibar-Epele (Mondragón), mientras que desde Eskoriatza a Luko se habilitaría sólo una calzada. El trayecto entre Mondragón y Eskoriatza se cubriría por la carretera actual. Jaime reconoció que "esta solución resolvería las necesidades del valle del Deba, pero no los de comunicación de tráfico internacional". En realidad, sólo sería autopista el primer tramo. La aportación de la Diputación guipuzcoana en este plan sumaría 78.000 millones de pesetas, con un peaje de 11 pesetas por kilómetro, mientras que la concesionaria aportaría alrededor de 26.000 millones de pesetas. El diputado de Transportes concluyó señalando que "hay que buscar recursos del exterior, sobre todo del Gobierno vasco, ya que se trata de una infraestructura en la que debe aplicarse la solidaridad interterritorial". El portavoz socialista, Esteban Eguren, compartió el criterio de Jaime y abogó por iniciar cuanto antes la construcción de la autopista porque "crea una dinámica de hechos que hará irreversible la ejecución de todo el trazado". Así y todo, recordó que persisten "incógnitas" sobre el futuro de la Bilbao-Behobia, que sigue siendo de titularidad estatal, aunque sería difícil que no se produjera su reversión a las diputaciones cuando comiencen las obras en Eibar durante el próximo año. La posición más crítica la expuso el representante de HB, Txema Maritxalar, quien recordó que el proyecto de la Eibar-Vitoria se ha presentado a la opinión pública como un eje vertebral de la red de comunicaciones interna y hacia fuera del País Vasco, "pero parece que sólo la pagamos los guipuzcoanos". En este sentido, subrayó que ni los gobiernos de Madrid y Vitoria ni la Diputación de Álava aportan una peseta. Hipoteca de Guipúzcoa Por otra parte, consideró que en el caso de que la Diputación tuviera que aportar 78.000 millones de pesetas "se estaría hipotecando Guipúzcoa para los próximos doce años", mientras que si se prorroga el peaje de la Bilbao-Behobia, la aceptación por parte de los ciudadanos será "difícil". El diputado de Transportes le replicó que existen buenas "expectativas" en la negociación con el Gobierno vasco y expresó su confianza en que el nuevo Ejecutivo mantenga los compromisos verbales adquiridos durante el mandato de José Antonio Ardanza. Jaime puntualizó que el plan de viabilidad económica no significa en ningún caso una hipoteca para las arcas forales, "puesto que si algo se ha hecho en esta legislatura es reducir de forma notable la deuda".
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