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Leyes contra la moda

Las pocas unidades de tratamiento de anorexia y bulimia que existen en los hospitales públicos españoles no dan abasto. La rápida expansión de estos trastornos alimentarios entre los adolescentes, mayoritariamente de sexo femenino y de edades entre los 12 y 24 años, ha llevado a los expertos a hablar de "epidemia juvenil". Mientras en los hospitales públicos miles de adolescentes desnutridas esperan hasta seis meses para recibir tratamiento, la publicidad y la moda incitan cada vez más a las jóvenes a asemejarse a las esqueléticas modelos de pasarela y las tiendas de ropa no suelen ofrecer prendas para jóvenes que necesitan de la talla 42 en adelante. Dos diputadas, Cristina Almeida y Mercè Rivadulla, de Nueva Izquierda y de Iniciativa per Catalunya, respectivamente, han decidido llevar este problema al Congreso.El deseo obsesivo por adelgazar ha arrastrado a más de 250.000 adolescentes españolas a la bulimia o la anorexia y las últimas estadísticas hablan de un incremento anual del 20%, que en más del 90% de los casos son mujeres. En el 30%, la patología se convierte en crónica y en más de un 6% de ocasiones la enfermedad acaba con la vida de la adolescente.

¿Cómo combatir los efectos demoledores que los valores de las sociedades desarrolladas causan sobre un colectivo tan frágil como el de las adolescentes, que afrontan con inseguridad su ingreso a la edad adulta?

Las diputadas Almeida y Rivadulla creen que una de las armas para luchar contra esta epidemia está en manos de las administraciones. Por eso han presentado en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley en la que reclaman que Gobierno, empresas y agentes económicos de la moda y la publicidad pacten el cumplimiento de "principios y códigos" encaminados a minimizar la fuerte presión social que las actuales tendencias de la moda suponen para las jóvenes.

"Sé que vamos a chocar contra la libertad de empresa y de comercio, pero se trata de un problema grave de sanidad pública y el Gobierno tiene el deber de proteger la seguridad de los consumidores y tutelar su salud a través de medidas preventivas", indicó ayer la diputada Mercè Rivadulla. "Las administraciones no pueden quedarse inmóviles ante la sigilosa pero persistente amenaza para la integridad física y psíquica que suponen las actuales tendencias de la moda para las jóvenes", añaden las parlamentarias.

Las dos parlamentarias comparan la anorexia y la bulimia con el tabaquismo por "su fuerte componente de costumbres y comportamientos". "Si para luchar contra la adicción al tabaco el Gobierno ha adoptado medidas de tipo fiscal, mediante la implantación de impuestos especiales, y limitando o incluso prohibiendo la publicidad asociada, ¿por qué no puede hacer lo mismo con la anorexia nerviosa y enfermedades similares?, preguntan Almeida y Rivadulla.

En su proposición no de ley, que esperan ver suscrita por el resto de grupos parlamentarios, las diputadas también reclaman la creación de órganos específicos multidisciplinares para debatir todo tipo de medidas para luchar contra una patología que "no es ni una manía ni un mal comportamiento, sino una enfermedad psiquiátrica". Asimismo, proponen la prohibición y persecución de las informaciones fraudulentas sobre dietas y planes milagrosos de adelgazamiento.

Aunque no se ha incluido en la proposición no de ley, las diputadas piensan pedir también al Gobierno que promueva campañas para aumentar la autoestima entre los jóvenes.

En Cataluña, la Asociación Contra la Anorexia y la Bulimia entregó recientemente un informe al Gobierno catalán en el que constata la alarma social que está generando esta epidemia juvenil y reprocha que en el Plan de Salud de la Generalitat de 1996-98 no aparezca la anorexia ni la bulimia. La Generalitat ha salido al paso de las críticas de la asociación anunciando un plan autonómico que prevé la creación de unidades especializadas en los hospitales generales de todas las provincias. El Gobierno catalán también ha anunciado una campaña informativa y preventiva en las escuelas.

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