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ETA tiene asegurada su financiación con el dinero de los últimos secuestros

El estado de las finanzas de ETA es bueno gracias a los ingresos conseguidos y los pendientes de obtener por alguno de sus últimos secuestros, así como al entramado de sus inversiones en el extranjero, según fuentes policiales. Además, la organización terrorista tiene ahora muchos menos gastos en infraestructura, alquiler de pisos y compra de material, dado el alto el fuego vigente desde el pasado 17 de septiembre. Esta situación económica le permitirá sostener a los activistas, colaboradores y exiliados que dependen de ella.

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La tregua impuesta por ETA no supone que no siga necesitando dinero para el mantenimiento de muchas personas que están comprometidas o relacionadas con esta organización. Un informe de la Ertzaintza conocido en 1996 señalaba que ETA precisaba anualmente en torno a 5.000 millones de pesetas para su funcionamiento, aunque expertos del Cuerpo Nacional de Policía consideran exagerada esa cantidad.Las fuentes informantes dan por seguro que los gastos de la organización etarra son ahora menores que hace dos meses. Pese a eso, sostienen que hay muchas personas -algunos expertos barajan la cifra de 2.000- que dependen económicamente de ETA o que reciben ayudas para su mantenimiento en el extranjero. Entre éstos se hallan no sólo los miembros liberados [a sueldo], sino también los colaboradores, deportados y refugiados.

Los secuestros sufridos por el empresario José María Aldaya y el abogado Cosme Delclaux supusieron una importante inyección para las arcas etarras. Aldaya, propietario de una empresa de transportes, fue hecho cautivo en Hondarribia (Guipúzcoa) el 8 de mayo de 1995 y liberado el 14 de abril de 1996 después de que su familia presuntamente pagara una parte del rescate y dejara aplazado el resto, según fuentes de la investigación. En un documento interceptado a un etarra, en el que se aludía al plan para secuestrarle, se barajaba la cifra de 1.000 millones de rescate. Pero no se sabe la cantidad final acordada.

Delclaux, secuestrado el 11 de noviembre de 1996, fue liberado el 1 de julio del año pasado cerca de Elorrio (Vizcaya) después de que su familia hubiese efectuado supuestamente dos pagos de 500 millones, según medios de la investigación. Los Delclaux dejaron supuestamente aplazada una tercera entrega para después de que se hubiera concretado la puesta en libertad del abogado.

Fuentes de Interior dicen que hay datos de que antiguos secuestrados por ETA siguen pagando el precio de su libertad y tienen la convicción de que "seguirán haciéndolo" hasta la cantidad acordada en su día. El portavoz del PNV, Joseba Egibar, reconoció la semana pasada que hay personas que tienen "cifrados y ubicados en el tiempo" diversos "compromisos" con ETA, entre los que está el pago de parte de un rescate pendiente.

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Expertos antiterroristas consideran que los ingresos obtenidos por este sistema, junto a los obtenidos de alrededor de una treintena de empresarios que pagan o han pagado hasta fechas recientes el denominado impuesto revolucionario, permitirán a ETA hacer frente a sus gastos. Los mismos expertos dan por seguro que el monto del dinero satisfecho actualmente por estas personas está muy lejos de los 800 millones que la Ertzaintza calculaba que ETA había conseguido por este método durante el año 1995.

Las investigaciones desarrolladas por el Cuerpo Nacional de Policía durante el presente año han confirmado que ETA dispone de un importante entramado empresarial y de inversiones en el extranjero. Fuentes de Interior consideran que ésta sería ahora una de sus principales fuentes de ingresos, suficiente para mantener a los militantes y a los huidos.

Al margen del "buen estado" de las finanzas, tanto las fuerzas de Seguridad del Estado como la policía vasca señalan que la situación de tregua conlleva un descenso en los gastos de la organización. Sobre todo, por el ahorro que entraña no tener que mantener pisos de alquiler, comprar coches o pagar los desplazamientos de sus comandos operativos y su correspondiente infraestructura. Fuentes de Interior consideran que estos grupos están actualmente replegados en Francia.

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