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Tribuna:ARTE EN LA CALLE
Tribuna
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"Er Madrí curturá"

Después de años sin querer reconocerlo, he de decir que, efectivamente, nuestro alcalde es tan entretenido como un dolor de muelas: no para y molesta, pero no aburre.La obsesión por las relaciones de pareja, estables y socialmente reconocidas, le ha llevado en los últimos días a prohibir que canten más de dos personas juntas en la calle. Estremecedor.

En la ciudad de Liverpool, el señor José María Álvarez del Manzano hubiera dejado a George Harrison en el paro y a los Beatles haciendo versiones del dúo dinámico.

Madrid, hace años, fue y es una ciudad de encuentro de culturas. Y eso es de razas, lenguas, músicas, expresiones de todo tipo y convivencia. Es democracia. Y el alcalde se empeña en que la democracia sólo se ejerza en recinto cerrado. La política en los escaños y sólo ahí; el arte y la cultura en salas "adecuadas". ¿Se puede saber qué arte es ese que sólo se percibe entre paredes?

No diré que pongan a la Maja colgando de un semáforo. Se estropearía y está bien donde está.

¿Pero qué daño le hacen al alcalde los tríos de voces, los quintetos y demás conjunciones vocales que contribuyen a alegrar la ciudad, a generar sitios de encuentro y relación de las gentes en este solitario Madrid?

Debe ser mucho, obviamente. Así pues quien tenga inquietudes y no pueda ser concertista, que se vaya al campo.

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¿Locales de ensayo para grupos musicales o de teatro? Ni hablar. ¿Auditorios con capacidad adecuada? Hasta ahí podíamos llegar, ni que esto fuera Barcelona. ¿Zonas céntricas de Madrid donde cantar, recitar, interpretar? Según días y el humor del jefe de policía de turno. ¿Mimos, payaso, guiñol...? ¿Para qué? El alcalde ya pagó su abono del Teatro Real.

El señor alcalde pretende que si usted joven quiere tener un detalle a la antigua usanza no podrá contratar ni tunos ni mariachis. Como mucho uno que toque la guitarra sin cuerdas para que usted cante en play back.

A este paso, este Ayuntamiento le pondrá almohadillas a los tanques para que no hagan ruido, prohibirá el vuelo de aviones en los desfiles patrióticos o que afecten a las viviendas como en Barajas.

Y si no se le para es capaz de hacer que los feligreses se turnen para cantar los salmos.

Pero no seamos tan críticos. En Madrid no se ha decretado el silencio. Excavadoras, martillos, compresores, camiones, bulldozers y demás instrumentos aúnan sus delicadas notas para formar la armonía de Madrid, concierto inolvidable que madrileños y madrileñas acompañan con sus bailes, saltando y sorteando zanjas, charcos, vallas y demás obstáculos entre miles de coches grandes y pequeños que componen graciosos acordes de bocina.

Es el Madrid del progreso que no tiene tiempo ni ganas de músicas ni historias. Y de eso se cuida el alcalde.

Por nuestra tranquilidad, por el silencio, por la calidad de vida, los cantos gregorianos se quedarán en un simple sólo de Gregorio. ¡Qué le vamos a hacer! Humor.

Ángel Pérez Martínez es el coordinador general de IU-Madrid, presidente y portavoz del grupo parlamentario de IU en la Asamblea.

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