Cuatro empresas ofrecerán tecnología punta en Valencia con kilómetros de fibra óptica

Cuatro compañías de telecomunicaciones se disponen a invertir en los próximos años cientos de millones de pesetas en la creación de una infraestructura subterránea de fibra óptica en Valencia. Obviamente, la iniciativa empresarial persigue utilizar este nuevo método de transmisión de señales e información para ofertar nuevos y revolucionarios servicios, aunque la concurrencia de cuatro planes de obras a ejecutar simultáneamente puede tener, a corto plazo, un efecto perverso: convertir varias áreas de la ciudad en zonas inhabitables merced a las molestias causadas por las obras.

El secular retraso que ha padecido España en el desarrollo de los servicios ofrecidos a través del cable ha demorado hasta los albores del siglo XXI la disponibilidad de este tipo de servicios en la Comunidad Valenciana. A corto plazo, el panorama cambiará. Valencia de Cable -empresa autorizada para ofrecer varios servicios de este tipo en la capital de la Comunidad- instalará fibra óptica en más de 10.000 hogares antes de que finalice el año. Retevisión -el segundo operador estatal de telefonía fija- ya ha comenzado a extender su infraestructura subterránea en varios puntos de la ciudad y Telefónica sigue acometiendo la modernización de sus infraestructuras, cuanto más renovadas, más competitivas. Lince, la compañía participada por France Télécom, desembarcará en la Comunidad Valenciana en los próximos meses para disputarse el mercado con los dos operadores de telefonía que ya están en el mercado. Las cuatro empresas competirán directamente en pocos años, tal vez meses, aunque actualmente sus productos no son exactamente iguales. No obstante, la instalación de fibra óptica permitirá que todas ellas ofrezcan servicios de telefonía, acceso a Internet u otras bases de datos y prácticamente todos las posibilidades imaginables, desde la telecompra hasta, cómo no, la televisión por cable. Ventaja competitiva Valencia de Cable, una empresa participada, minoritariamente, por la empresa editora del diario Las Provincias, lleva una pequeña ventaja. Esta compañía adquirió el derecho a cablear Valencia antes de que el Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones (Ministerio de Fomento, con el gobierno del PP) aprobara la ley que desarrolló este mercado. El Estado, con la llegada al poder de José María Aznar, desistió de continuar el proceso legal iniciado contra esa concesión. Valencia de Cable es una filial de ONO, una empresa cuyo núcleo duro está compuesto por el Banco Santander (32,45 % del capital), varias empresas norteamericanas del sector concentradas en Spaincom (32, 33%) o la constructora Ferrovial (17. 61%). Su oferta, idéntica en otras plazas españolas, utiliza la fibra óptica y cable coaxial para transmitir voz, datos, imágenes o sonido a gran velocidad y, en comparación con los sistemas tradicionales, mucha mejor calidad. A partir de la televisión por cable, en principio, el fuerte de su oferta- con el desarrollo de la televisión digital, un servicio más- pondrán en el salón de cualquier casa tecnología punta. En 1999, 35.000 hogares podrán acceder a gran parte de su oferta, que irá creciendo paulatinamente. No obstante, los vecinos del sur de Valencia - San Isidro, Patraix o la Olivereta- ya han sufrido la construcción de sus infraestructuras. Según Miguel Mazón, edil del PSPV en el Ayuntamiento de Valencia, la imprevisión del consistorio de Rita Barberá causará molestías a los vecinos y la destrucción de infraestructuras recien hechas. "Los caprichos de Barberá provocarán que muchas aceras sean levantadas por tercera vez". El concejal socialista acusa al gobierno municipal de permitir que todos los operadores de telefonía trabajen a sus anchas, sin que la autoridad coordine las obras para evitar duplicidades - que se actúe en dos zonas con el mismo objetivo pero en momentos diferentes- y evite que planes como el de aceras, "en el que se han invertido 5.000 millones, se puedan ir al traste". Alfonso Grau, teniente alcalde del Ayuntamiento, no es de la misma opinión. "El consistorio está reuniendo, a través de la Oficina de Coordinación de Obras en la vía pública (Ocoval), a todos los operadores para que sintonicen sus actuaciones". Ignacio Pou, asesor de la concejalía de urbanismo, confirma está política, y pone ejemplos concretos. "Hemos mantenido reuniones bilaterales con todas las compañías, incluso hemos promovido una reunión con todas las firmas que ya ha dado resultados. Por ejemplo, las cuatro pondrán la base de sus infraestructuras destinadas al barrio del Carmen en el mismo sitio. La trama urbana del casco antiguo, la estrechez de sus calles, no permiten otra salida". A pesar de todo, la labor de Ocoval no es fácil. Todas las empresas se niegan a facilitar sus plazos y planes de futuro. "Este es un mercado extremadamente competitivo", dicen sus portavoces. Además, Lince, recien aprobada su licencia de trabajo, aún no tiene planes de expansión en la Comunidad Valenciana y el responsable de Retevisión en Valencia, Francisco Marco, asegura que sus empresa no tiene un plan de infraestructuras definido. "De momento", dice, "estamos haciendo obras concretas para facilitar la oferta de nuestros servicios a nuestros primeros, que no principales, clientes: las empresas".