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Polémica en Francia por la reivindicación del honor de 75 soldados fusilados durante la I Guerra Mundial

El primer ministro francés, Lionel Jospin, recordó el pasado 5 de noviembre, seis días antes de que se celebre el 80 aniversario del armisticio de 1918, el caso de los soldados franceses "fusilados a título de escarmiento" en 1917. Jospin se refirió a la actitud de los supuestos amotinados ante "una ofensiva condenada de antemano" y que "rechazaron ser sacrificados". La ofensiva es la ordenada por el general Nivelle el 16 de abril de 1917 en un lugar llamado Le Chemin des Dames. En menos de quince días, las tropas francesas sufren 147.000 bajas, sus oleadas de soldados son rechazadas una y otra vez por las ametralladoras y los obuses alemanes. La catástrofe es de tal magnitud y el empecinamiento de Nivelle tan absurdo que su nombramiento como comandante en jefe de las fuerzas aliadas es revocado el 29 del mismo mes y le reemplaza Philippe Pétain."Los soldados aceptan morir pero no suicidarse", escribió entonces el periodista Albert Londres. Y no querer darse la muerte suponía desobedecer. Entre 30.000 y 40.000 de los más de dos millones de soldados franceses optaron por no plegarse a la estrategia de Nivelle. Ni se retiraron del frente ni dejaron de defenderlo pero rehusaron seguir siendo mera "carne de cañón". Los servicios de información alemanes no detectaron el movimiento de protesta hasta bien entrado el mes de junio, cuando ya había cesado, detalle que prueba hasta qué punto es exagerado hablar de motín. Hubo más de mil juicios sumarísimos, 629 de los cuales acabaron con condena a muerte, sentencia que se cumplió en 75 casos, reconvirtiéndose en los otros el pelotón de fusilamiento en trabajos forzados.

Las palabras de Jospin han sido calificadas de "inoportunas" en un tardío comunicado del presidente Jacques Chirac, mientras el gaullista Jacques Baumel hablaba de "bofetada dada a nuestros muertos" y el exministro Jean-Louis Debré se inquietaba ante "unas declaraciones que pudieran justificar futuros motines". El presidente del gaullista RPR, Philippe Séguin, tampoco ha dejado pasar la oportunidad de hacer el ridículo y ha hablado de "neo-revisionismo pacifista".

Seis familias de los 306 soldados británicos fusilados durante la Primera Guerra Mundial por deserción o "cobardía" pudieron ayer depositar una corona en su recuerdo, en Londres, después de que el verano pasado el Ministerio de Defensa les hubiera negado el perdón póstumo. Los familiares volvieron a pedirlo para unos hombres, la mayor parte de los cuales "estaban completamente conmocionados por las bombas".

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