Chile retira a su embajador en España por la solicitud de extradición de Pinochet

El Gobierno chileno llamó ayer a consultas a su embajador en Madrid, Sergio Pizarro, como represalia por la decisión del Consejo de Ministros de cursar la solicitud de extradición al Reino Unido del general Augusto Pinochet por los delitos de genocidio, terrorismo y torturas. "Se han confirmado nuestras peores expectativas, en el sentido de que el Consejo de Ministros de España es solamente un buzón del juez Baltasar Garzón", declaró José Miguel Insulza, ministro de Asuntos Exteriores de Chile.

El canciller chileno añadió que existe "un malestar generalizado en el Gobierno" por la decisión adoptada por España, pero descartó por completo la ruptura de relaciones entre los dos países. Para salir al frente de los rumores sobre la inquietud militar por la decisión del Gobierno español, el alto mando del Ejército aseguró que no había acuartelamiento de tropas en ninguna guarnición. En la derecha política, las aguas estaban más encrespadas. Alberto Cardemil, vicepresidente del derechista Renovación Nacional, habló de "nueva forma de colonialismo" y pidió la ruptura de relaciones. En Madrid, el Gobierno reaccionó con "prudencia y delicadeza", según los términos utilizados en el comunicado oficial de la Oficina de Información Diplomática, en el que se añade que las relaciones entre España y Chile deben mantenerse "al margen de decisiones e iniciativas que están más allá del ámbito de su competencia, dentro de las normas de un Estado de derecho". El ministro de Exteriores, Abel Matutes, habló por teléfono con su homólogo chileno, José Miguel Insulza, y le reiteró que la decisión de cursar la extradición del ex general Pinochet "no es de carácter político" y que el ordenamiento jurídico español no deja otra alternativa al Gobierno.