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Zaplana se escuda en la división interna del PSPV para justificar el fracaso de la Acadèmia

El PP no tiene ninguna responsabilidad, la culpa es de los socialistas. El presidente de la Generalitat se atuvo fielmente al guión que recitan todos los portavoces de su partido desde mucho antes de que el PSPV decidiera suspender las negociaciones sobre la composición de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL). El presidente de la Generalitat se escudó en la crisis interna de los socialistas para justificar el fracaso de la AVL. Ausencia de interlocutores, "incapacidad" e "impotencia" fueron algunas de las características que subrayó de Joan Romero.

El presidente de la Generalitat llevó en una mano la rama de olivo -"el problema se resuelve seguro"- y en la otra la estaca con que atizó a los socialistas y especialmente a su secretario general. Eduardo Zaplana narró como a "la hora de poner nombres y apellidos [a los integrantes de la AVL] nos hemos encontrado una situación de gran dificultad, que es la ausencia de interlocutor". ¿Y quién es el ausente? "Joan Romero", afirmó, "no ha querido asumir el papel protagonista de interlocutor porque, probablemente, conocía sus limitaciones y sabía que no podía negociar con nostros en estos momentos la composición de la Acadèmia". Romero, pues, estaba limitado por "la situación de división del partido socialista", pero la crisis no sólo afectaba al candidato socialista, también al Institut Interuniversitari de Filologia Valenciana "que también está dividido y que también ha tenido una participación importante en estas conversaciones". La conclusión del caos descrito por Zaplana tenía una conclusión obvia: "Ha impedido que podamos tener interlocutores y hemos ido cambiándolos con buena fe para intentar llegar a un acuerdo en función de lo que ellos nos decían, pero sin ningún resultado positivo". Distribuidos los papeles (los socialistas son los malos, claro está), el presidente seguía: "En estos momentos", el PSPV tiene una situación de "incapacidad" y de "impotencia" para poder presentar como partido una lista de nombre que "nosotros en ningún momento discutiríamos, porque no hemos discutido ni uno solo de los nombres que han puesto sobre la mesa". Dicho lo cual, y tras constatar lo difícil que es negociar bajo estas condiciones, insistía en que "probablemente por sus diferencias internas" los socialistas se han dedicado "a filtrar permanentemente [los nombres de la AVL], y ellos saben perfectamente que nosotros no hemos filtrado ningún nombre, no hemos participado de esa estrategia porque creemos que con las personas no se debería jugar bajo ningún concepto", para concluir: "Nos podrán parecer mejores, peores, regulares, pero los nombres deben ser secretos mientras no haya acuerdo y estamos en una situación de difícil salida en estos momentos". Las declaraciones realizadas por Eduardo Zaplana cobran, por instantes, tintes de riña paternalista al principal partido de la oposición, "caen en estereotipos fáciles" al calificar a los populares de mentirosos porque "son incapaces de poner un ejemplo de en qué consiste la mentira, en qué consiste el engaño, porque ya lo habrían denunciado". Y frente a la insensatez de los otros, la prudencia de ellos. Si el PP hubiera llegado al más mínimo compromiso "que no hubiéramos respetado, ya lo habrían denunciado a los medios de comunicación (...) pero nosotros para nada hemos hablado y no nos hemos tenido que desdecir de nada. [Los socialistas] han dado por supuestas cuestiones y se han comprometido a cosas que después no estaban ni habladas". Tras la estaca, la rama de olivo. "Al final", aseguró, "el problema se resuelve seguro (...), ya tenemos la ley de la Acadèmia y falta poner los nombres. Falta lo fácil en teoría. Hemos hecho un esfuerzo espectacular creando la ley, que es un activo y está ahí y por tanto es un intangible que no se puede discutir". Y mientras tanto, el presidente del Consell Valencià de Cultura, Santiago Grisolía, manifestaba en los pasillos de las Cortes Valencianas su seguridad en que "habrá consenso" en las negociaciones y "dado que el 90% de la sociedad valenciana quiere que salgan las cosas, pues hay que arreglarlas". Pero, eso sí, a él que no lo vuelvan a buscar.

Romero afirma que el presidente no tiene autonomía para pactar

El secretario general del PSPV, Joan Romero, replicó ayer a las declaraciones de Eduardo Zaplana en las que cuestionaba su liderazgo para alcanzar un acuerdo sobre la composición de la Acadèmia Valenciana de la Llengua. "Mucho me temo que intenta ahora argumentar la falta de interlocutores con el fin de ocultar una verdad muy sencilla. A saber, que quien realmente no tiene autonomía, quien es prisionero de sus hipotecas, quien no puede ejercer de presidente de todos los valencianos, quien es incapaz de resolver una cuestión de calado histórico es él", dijo Joan Romero, "¿Y por qué? "Porque los apoyos, los compromisos y las hipotecas que le auparon a la presidencia de la Generalitat se lo impiden", prosiguió. Para el dirigente socialista, Zaplana "ha tenido ante sí un partido socialista, con su secretario general al frente que ha antepuesto de manera leal intereses generales a intereses de partido". Para el candidato socialista, "el problema de fondo que en estos momentos subyace, y que Zaplana no quiere reconocer, es que no está dispuesto a cumplir un compromiso y no está dispuesto a cumplir lo que establece la ley". "La constitución de la Acadèmia estaría resuelta en 24 horas si Zaplana se mostrara dispuesto a cumplir sus compromisos y a respetar lo que dice una ley votada en el Parlamento valenciano", continuó Joan Romero, "Zaplana no tiene ninguna alternativa a las propuestas que se le hacen, ninguna alternativa que se ajuste a la ley". Según el secretario general del PSPV, "la amenaza, la imposición, palabra favorita de Zaplana, de modificar una ley con amplio consenso político y social revela dos cosas. Por una parte, que ésta no es una cuestión que se resuelve con la aritmética parlamentaria y que se resuelve con un amplio consenso social o no se resolverá nunca. Por otra, demuestra hasta que punto se puede ser irresponsable, lanzando propuestas que afectan en primer lugar a la voluntad popular que se manifestará el 13 de junio (...) y que generarían un conflicto social en la Comunidad Valenciana de imprevisibles consecuencias". Según Romero, "el presidente del PP es tan irresponsable que si tuviera una mayoría política sería capaz de imponer una Acadèmia a su medida, sin considerar las consecuencias sociales imprevisibles de semejante decisión. Sin embargo, si el PSPV obtiene una mayoría para gobernar, aunque fuera absoluta, mantendremos la vía del consenso político y social para la solución definitiva de una cuestión de estado como ésta". "Son dos talantes de gobierno, dos formas de entender la acción de gobierno completamente distintas", sentenció Romero.

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