Zaplana y Romero atribuyen a sus respectivas hipotecas el bloqueo en la elección de la Acadèmia

La culpa la tiene el otro. El presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, quiso ser optimista: "Al final, el problema [la lista de los integrantes de la Acadèmia Valenciana de la Llengua] se resuelve seguro"; pero se quejó de la falta de interlocutores con el PSPV. Zaplana salió ayer a la arena para aludir al bloqueo de las negociaciones sobre la composición del organismo normativo sobre el valenciano y atacó al líder socialista, Joan Romero. Esta intervención provocó una dura respuesta de Romero en la que, entre otras cosas, acusó a Zaplana de ser prisionero de sus hipotecas y de carecer de autonomía política.

El presidente se quejó de la falta de interlocutores con el PSPV y hurgó en la herida: "Joan Romero no ha querido asumir el papel protagonista". Tal afirmación provocó una dura respuesta del secretario general del PSPV-PSOE, Joan Romero, para quien semejante argumentación sólo intenta ocultar una verdad, "que quien realmente no tiene autonomía, quien es prisionero de sus hipotecas, quien no puede ejercer de presidente de todos los valencianos, quien es incapaz de de resolver una cuestión de calado histórico es él". El cruce de acusaciones se produjo después de que el pasado lunes Fernando Castelló amenazara a los socialistas con incluir en el programa electoral del Partido Popular una propuesta para modificar la ley de creación de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), de tal suerte que sus integrantes lejos de ser elegidos por las Cortes Valencianas por una mayoría cualificada de dos tercios, lo serían por mayoría simple. El ultimátum del portavoz popular fue contestado por los socialistas con la decisión de suspender todos los contactos con el PP hasta que este partido no presentara una lista de nombres que se ajustaran a las características exigidas por la ley de la AVL. Ayer, además de arremeter contra Romero, el presidente de la Generalitat matizó las declaraciones de su portavoz. "Es la respuesta a una situación de difícil salida", afirmó, "de impotencia para negociar los nombres"; aunque añadió más adelante que la modificación de la AVL "no se haría de inmediato, sino después de las elecciones para tener legitimidad democrática". Zaplana quiso mostrarse optimista: "Al final el problema se resuelve seguro, ya tenemos la ley y la Acadèmia, y falta poner nombres. Falta lo fácil, en teoría". Mientras tanto, el presidente del Consell Valencià de Cultura, Santiago Grisolía, mostró su convicción de que "habrá consenso".PÁGINA 3