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DANZA

Pilobolus y sus esculturas humanas llegan al Festival de Otoño

Pilobolus, la compañía de los bailarines que se enredan unos encima de otros hasta formar auténticas esculturas humanas, se presenta hoy, miércoles, dentro de la programación del Festival de Otoño, con un programa que incluye piezas prácticamente desconocidas en Europa junto a otras valoradas ya como clásicos de su repertorio.

Pilobolus está considerada como una de las más originales compañías de Estados Unidos, con fama en todo el mundo gracias al lenguaje que han acuñado los cuerpos de sus bailarines en los 28 años de existencia del grupo. Un lenguaje que poco tiene que ver con la danza clásica y la moderna, ya que el sello de este grupo lo pone la formación atlética de la mayoría de sus seis componentes. De hecho, Pilobolus lo fundaron cuatro deportistas que se conocieron en unas clases de danza y que realizan sus montajes con una mezcla de improvisación y humor, como ellos mismos definieron ayer durante la presentación de su espectáculo.

Más bien deportistas

"Pilobolus se diferencia del resto de las compañías. Hemos roto con la danza clásica y la moderna. Se puede decir que este grupo ha creado su propia escuela", apuntó ayer Rebecca Anderson, una de sus bailarinas. Matt Kent, otro de los miembros de Pilobolus formado como deportista más que como bailarín, añadió que a la hora de trabajar están abiertos a todo tipo de influencias, que ellos transforman a su manera. Para entrar a formar parte del grupo no se han tenido en cuenta las habilidades como danzarines, sino los gustos de cada artista, su visión de la vida y "cierta sintonía" que conecte unos con otros a los miembros de este grupo, según describió Kent.Una de las piezas clásicas que llegan a Madrid es Day two, con música de David Byrne, Talking Heads y Brian Eno. Se trata de una coreografía creada en 1980 en la que trabajaron varios miembros de esta formación y que no tiene hilo argumental alguno: dos características que se repiten en la mayoría de las piezas de este grupo. De hecho, Pilobolus es una cooperativa con cuatro directores artísticos y seis bailarines.

Uno de los pocos casos en que los bailarines de Pilobolus cuentan una historia es en Aeros, otro de los títulos que representarán en su breve estancia madrileña. Se trata de un cuento de hadas inspirado en un cómic que prácticamente no se ha visto hasta ahora en Europa. Tiene música de Paul Sullivan y coreografía, una vez más, colectiva.

Completan el programa Pseudopodia, un solo creado para ser interpretado por un hombre, pero que esta vez ejecutará una bailarina, y Gnomen, otra obra con música de Paul Sullivan.

Pilobolus, del 4 al 8 de noviembre, en el Teatro de Madrid (avenida de la Ilustración, s/n; metro Barrio del Pilar). 20.30 horas. De 1.000 a 3.000 pesetas.

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