La BBC, precavida con el sexo
Críticas a la TV británica por vetar alusiones a la supuesta homosexualidad de algunos ministros
Involucrada en una disputa que sin duda será todavía más intensa, la televisión pública británica, la BBC de Londres, ha prohibido que tanto la radio como la televisión vuelvan a hacer alusión a las supuestas preferencias sexuales de ciertos ministros del Gobierno laborista de Tony Blair. La decisión ha desencadenado una tormenta política y críticas de altos funcionarios que ven en esa prohibición un atentado contra la libertad de expresión. Especialmente porque no es un secreto que el equipo de Tony Blair incluye a algunos homosexuales.Todo comenzó con el escándalo de Ron Davies, el ministro para Asuntos de Gales, que se vio obligado a dimitir tras un turbio incidente en un parque de Londres la semana pasada. Davies transitaba una noche por los senderos de Clapham Commons, un punto de encuentro gay, cuando fue abordado por un desconocido cincuentón y con atuendo rasta con el que entabló una conversación y luego le invitó a cenar en el apartamento de unos amigos en el barrio londinense de Brixton.
El encuentro terminó mal. El desconocido, que iba acompañado de otro hombre, sacó un cuchillo y le robó la cartera y el automóvil, dejando al ministro en la calle. En su carta de dimisión, Ron Davies admitió que había cometido un serio error de juicio, pero la prensa popular británica sacó inmediatamente conclusiones sensacionalistas: Davies fue víctima de una celada de homosexuales, algo que el ministro desmintió con énfasis y resolución.
Las cosas no habrían pasado a mayores de no haber sido por una declaración del ex parlamentario conservador y columnista del periódico The Times Matthew Parris, que en el programa de la BBC Newsnight dijo que Davies no era el único homosexual del Gabinete de Tony Blair.
Concretamente habló del ministro Chris Smith, titular de Cultura, que desde hace tiempo vive abiertamente con un joven.
Y luego, Parris dijo que en similar situación se encuentra Peter Mandelson -el ministro de Industria y Comercio y brazo derecho del primer ministro-, que, según afirmó, es ciertamente homosexual. Mandelson, que nunca se ha casado, se ha negado siempre a hablar de su vida personal. Pero jamás ha ocultado su preferencia por compañías masculinas. No hace poco se le vio saliendo de un cine de Nottinghill Gate acompañado de un joven con bastante menos edad que él. Nada raro ahí, pero el secreto a voces en Londres es que Mandelson, el padre del Domo del Milenio, prefiere pasar su tiempo libre en compañía no femenina.
Poderoso como es Mandelson, no le costó demasiado convencer a la BBC de que no se cometan, en el futuro, indiscreciones sobre su vida personal. Un memorándum interno distribuido por los rectores de la cadena pública británica instruye a todos los empleados de la organización a no discutir, sugerir o comentar las inclinaciones de Mandelson. Eso ha llevado a la ministra británica para Irlanda del Norte, Mo Mowlam, a comparar la decisión con un atropello a la libertad de prensa, y en esa evaluación no está sola.
Curiosamente se ha encontrado con aliados insospechados, algunos prominentes miembros de la oposición conservadora. Lord Tebbit, ex presidente de los tories, añadió leña al fuego con un llamamiento al Gobierno para que se deshaga de ministros homosexuales, ya que su inclusión en las esferas del poder supone la posibilidad de que se hagan favores entre ellos. El lobby de homosexuales británicos todavía tiene que hacer su veredicto, pero todos descartan que el propio Mandelson diga la última palabra.
Palabras de aliento, condena y debate emergieron ayer en la sección de cartas a los directores de casi todos los diarios. Pero lord Tebbit, en una carta de tres párrafos publicada por el diario conservador The Daily Telegraph, puso el dedo en la llaga de un tema igualmente candente: la vida secreta de los masones británicos.
"En un mundo en el que a los masones se les pide que salgan a la luz pública para que la opinión pública pueda juzgar que nadie se hace favores de una manera impropia, ciertamente es importante que la misma regla se aplique a los homosexuales", escribió en su carta lord Tebbit.
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