Hierba para los reactores
La tercera pista de Barajas es una impresionante obra de ingeniería, repleta de pequeños detalles que sólo advierten los técnicos. Por ejemplo, en contra de lo que pueda parecer, está inclinada. Por cuestiones técnicas, tiene una pendiente del 2,75 metros por mil. Además, para evitar que las lluvias la inunden, vierte aguas hacia ambos arcenes. Mide 4,4 kilómetros y tiene una anchura de 75 metros. Ha sido recubierta de asfalto especial, de casi medio metro de grosor, que evita que los aviones derrapen. La última capa que la cubre ha sido extendida con un especial mimo para evitar que se produzcan franjas cruzadas que provoquen ruido cuando los aviones tomen tierra. A ambos lados de la pista se están plantando enormes extensiones de hierba, pero no para mejorar el aspecto estético de la meseta castellana, sino para evitar que los reactores conviertan en polvo el reseco suelo del entorno.
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