Sopor y victoria del Betis
Los verdiblancos obtuvieron tres necesarios puntos ante un rácano Salamanca
El Betis logró ganar en casa. Además, marcó su gol 1.500 en la Liga de Primera División. Sin embargo, el partido de ayer es de aquellos de los cuales los aficionados tan sólo recuerdan el resultado. Ni las efemérides le salvan a uno del aburrimiento.La primera parte fue un verdadero horror para los que consideran que este juego puede incluir la belleza o la hermosura entre sus virtudes. Ni el novicio en su equipo Javier Clemente ni Miguel Ángel Russo siguen el partido libreta en mano -son entrenadores de grito y silbido-; gracias a eso, se libraron de llenar una página con un borrón enorme en la zona del centro del campo y algunas rayas, muy tenues, en las zonas de ataque de ambos conjuntos. El Betis estaba nervioso (como casi siempre en esta temporada) y el Salamanca rácano y cicatero.
BETIS 1- SALAMANCA 0
Betis. Prats; Otero, Ayala, Solozábal, Luis Fernández; Ito (Benjamín, min. 60), Alexis; Finidi, Denilson, Fernando (Gálvez, min. 79); Oli (Iván Pérez, min. 75).Salamanca. Stelea; Corino, Loren, Lanna, Leo Ramos, Giovanella, Vellisca, Lupidio (Casarteli, min. 55), E. Alonso; Cardetti (Munteanu, min. 59) y Silvanni. Goles. 1-0. M. 55. Fernado pasa un balón profundidad a Oli, Corino falla y el delantero asturiano remata con la izquierda al primer palo por bajo. Árbitro. Brito Arceo, que amonestó a Luis Fernández, Ito y Fernando por el Betis, y a Lanna por el Salamanca. Unos 30.000 espectadores en el Benito Villamarín. Oli marcó el gol 1.500 del Betis en Primera División.
El resultado de todo esto fue lo más negativo del fútbol profesional, del fútbol espectáculo de las inconcebibles cifras en los salarios: el aburrimiento.
Clemente no tuvo tiempo para concebir nada. El día anterior fue honesto y aseguró que seleccionó el equipo tirando de archivo. Sin embargo, tomó una decisión (aunque no del todo novedosa) que enseñó carácter: Denilson fluyó con toda libertad por la parte central del ataque. El brasileño realizó acciones de gran calidad (llegó a hacer seis bicicletas en un solo regate). Fue travieso como un cervatillo para la defensa salmantina. Pero Bambi es un personaje al que se quiere, se abraza y se idolatra. Carece de matices asesinos y en el fútbol, cuando todo depende de uno, a veces hay que sacar la puntilla y romperle la médula al contrario. Denilson ayer sólo mereció elogios, pero quizá se vio más claro que nunca que no se le encomienda la misión que mejor puede cumplir. Sin embargo, hasta bajó a por balones a la defensa. Para quitarse el sombrero.
El Salamanca jugó uno de esos partidos de antes de que existiera la televisión, de los que nadie te riñe en el pueblo por que sólo conocen lo que les has contado y no hay testigos. La poca calidad mostrada por el conjunto de Russo fue la ordenada defensa en línea de tres y alguna acción de Leo Ramos y el brasileño Giovanella.
Tras el gol -oportunismo destilado- de Oli, el equipo sevillano echó todo el regaliz. Gastó sus fuerzas espoleado por la ilusión y la necesidad. Se notaron aún las faltas en la línea media. La salida de Benjamín por Ito, colaboró a dotar de fuerzas y ánimo a esa zona. Con 35 minutos de juego después del gol, el Betis aprovechó el tacaño estiramiento de los salmantinos. Finidi e Iván Pérez estuvieron a punto de marcar. Aún así, el juego distó de ser espectacular o, simplemente, agradable a la vista.
Al final el Betis logró la victoria que necesitaba como el comer. El Salamanca, pues bueno, si fuera por el partido de ayer, nadie sabría por qué hay tanto revuelo alrededor de este juego.
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