Las TV públicas militan a favor de reforzar a Europa frente a EE UU
Oreja insiste: los Estados sólo deben financiar el servicio público
La Unión Europea de Radio-Televisión (UER), que agrupa a los operadores públicos, avivó ayer la polémica sobre la financiación de dichos organismos. Para ello presentó un documento en Bruselas en el que exhorta a los Gobiernos a continuar financiando a las empresas públicas de televisión, para reforzar la capacidad de Europa frente a la competencia de las producciones norteamericanas.
El estudio de la UER defiende una tesis ya conocida: los presupuestos dedicados por el conjunto de cadenas europeas a la compra de espacios, películas y derechos deportivos de procedencia nortemericana crecen por encima de los gastos en producción propia.Pero el estudio se publica después de que algunos datos recientes hayan contribuido a reforzar esa tesis. El balance comercial negativo de Europa en películas, programas de televisión y vídeo alcanzó un total de 5.600 millones de dólares en 1996 a favor de Estados Unidos (en torno a 780.000 millones de pesetas) y la industria norteamericana del cine realizó más beneficios con las ventas al exterior que en su mercado interno, según el grupo de expertos que ha trabajado bajo la presidencia del Comisario europeo de lo Audiovisual, Marcelino Oreja.
El estudio de la UER no se limita a plantear el problema de la competencia con el gigante del otro lado del Atlántico. En un momento en que los operadores públicos están a la defensiva frente a la Comisión Europea -que debe pronunciarse sobre demandas planteadas por operadores privados- el estudio de la UER asegura que los recursos de 47 empresas de radio y televisión investigadas se incrementaron en un 17% en términos reales entre 1992 y 1996; sin embargo, el porcentaje de dichos recursos dedicado a la programación cayó del 59% al 58%.
Los patrocinadores de este estudio destacan también que los radiodifusores "de primera generación", en su gran mayoría de propiedad pública, gastan más en producción que el conjunto de operadores de creación reciente (canales privados y televisiones de pago). Y sobre todo, dedican una parte mucho mayor de sus presupuestos de programación a producción propia (27% en 1995) que los privados de reciente creación (7%).
"Importaciones y repeticiones" alimentan muchos de los nuevos canales, señaló el secretario general de la UER, Jean-Bernard Muench, en la conferencia de prensa en que fue presentado el estudio.
En ese mismo acto, el comisario europeo de lo Audiovisual, Marcelino Oreja, dijo que las televisiones públicas deben seguir jugando un importante papel en la promoción de la cultura europea. No obstante, insistió -en línea con la declaración que ya hizo en Madrid la semana pasada- en que los fondos públicos deben usarse sólo para misiones definidas como de servicio público, separando la contabilidad de aquellas otras operaciones que las televisiones públicas hagan en el terreno comercial.
Uno de los directivos de operadores públicos que más han atacado los intentos reguladores de la Comisión Europea en estos asuntos es el responsable de RTVE, Fernando López-Amor, quien criticó a la "burocracia comunitaria" que "está operando por su propia cuenta, sin escuchar la voz de los operadores públicos" en un acto celebrado en Roma el pasado 6 de octubre.
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