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Las diputaciones remiten a las Juntas Generales tres proyectos idénticos del Impuesto sobre la Renta

Pocos cambios. Los tres consejos de Gobierno de las Diputaciones forales aprobaron ayer los proyectos de norma foral del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) con escasas modificaciones respecto al libro blanco presentado el 5 de junio de este año. Los tres proyectos, idénticos, se enfrentan ahora al trámite parlamentario en Juntas Generales con la esperanza de contar con un apoyo mayoritario, de forma que el nuevo IRPF vasco entre en vigor el 1 de enero próximo. El impuesto tiene tres claves: una reducción media de la presión fiscal del 10%, su carácter progresivo y la no obligatoriedad de hacer la declaración para las rentas de trabajo de menos de cinco millones de pesetas.

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En los tres consejos de Gobierno primó la unanimidad, lo que va a hacer que la aprobación en el trámite parlamentario sea más fácil. En Vizcaya y Guipúzcoa, gobiernan conjuntamente PNV, PSE y EA y cuentan con los votos suficientes para que ambos proyectos se aprueben sin mayores problemas. La dificultad, relativa, está en Álava, donde el Ejecutivo foral tripartito se rompió en agosto de 1997 y desde entonces las fuerzas nacionalistas gobiernan en minoría. La mayoría sólo podría llegar bien con el apoyo de los socialistas o bien con el de los populares. El diputado general de Álava, Félix Ormazabal, señaló ayer que es lógico que los socialistas alaveses, dado que el documento es el mismo que el de Vizcaya y Guipúzcoa, "lo aprueben desde la oposición". En todo caso, el acuerdo que se ha venido negociando durante la campaña electoral, se espera que tenga alguna modificación en Juntas y que cuente también el apoyo del Partido Popular, ya que el PNV aprobó la reforma estatal del IRPF. Una de las principales novedades del nuevo impuesto es que la rentas procedentes de rendimientos de trabajo no tendrán necesidad de presentar la declaración de la renta si son menores a cinco millones. Para que ésta no sea una posibilidad con truco, ya que casi todo el mundo tiene una cuenta corriente con sus ahorros que le dan unos intereses, aunque sean pocos, el proyecto establece que podrán entrar en este grupo quienes cuenten con unos rendimientos de capital que no superen las 50.000 pesetas al año. Las tarifas del impuesto, tal y como establecía el libro blanco, colocan la mínima en el 17% y la máxima en el 50%, frente al 56% de antes. La reducción de esta última la justificaba ayer Fernando Olmos, diputado de Hacienda de Vizcaya, asegurando que Vizcaya se encuadra dentro de una Europa industrial y que pagar una peseta de cada dos que se ganan es suficiente. Olmos dijo también que el impuesto es de corte progresista y que "beneficia a todos, pero más a la Margen Izquierda". En el resto de España los tipos serán del 18% y el 48%, y en Navarra, del 15% y el 47%. La rebaja del impuesto no es igual para todos; los que tienen menos pagarán menos. Tomando como referencia la base liquidable, que es el equivalente a la suma de todos los ingresos menos las deducciones a la base, más las minusvalías y las plusvalías, la reducción queda así: con una base liquidable inferior a 1.200.000 pesetas, tramo que encuadra al 23,2% de los vascos, la reducción es del 62%; entre 1.200.000 y 2.000.000 (el 24,6% de los contribuyentes), la reducción es del 43,9%; entre 2.000.000 y 3.000.000 (el 24,1%), se rebaja un 14,4%; entre 3.000.000 y 5.000.000 (el 21,2% de los declarantes) la reducción es del 5,2% -éste es el colectivo menos favorecido por la rebaja del impuesto-; y los que cuentan con una base liquidable superior a 5.000.000, que son el 7%, tendrán una reducción del 5,3%. La progresividad, a diferencia del impuesto estatal, se refleja también en que las principales deducciones se establecen en la cuota (cantidad que queda una vez aplicada la tarifa a la base liquidable). Son las deducciones familiares, las de vivienda habitual, ya sea en alquiler o por compra y rehabilitación; la de fomento de actividades económicas o participación de los trabajadores en la empresa, mecenazgo, donativos, etc. Optar en vivienda La deducción por vivienda -uno de los temas más polémicos en la fase de debate público del impuesto, ya que los contribuyentes pueden salir peor parados con el sistema nuevo- se ha solventado con una disposición transitoria que establece un mecanismo de compensación para cuando la aplicación del régimen nuevo resulte menos favorable que la anterior. Un sistema, que, aunque no se ha determinado aún, sí que aconseja pedir un crédito hipotecario para comprar la vivienda antes del 31 de diciembre, ya que siempre queda la posibilidad de optar por el más favorable de los dos. El proyecto dice que en la compra de vivienda habitual serán objeto de protección los primeros 30 millones de pesetas. El método de cálculo de la deducción (para entregas, ahorro-vivienda y amortización de préstamos) será un crédito fiscal del 15% sobre los 30 millones, con un límite de 4,5 millones. Además se establece una exención por reinversión. Los intereses de préstamos hipotecarios tendrán una deducción del 20%. Y el límite sobre base imponible de ambos será el 60% de la base.

Rebaja en Sucesiones y Donaciones

El Consejo de Gobierno de la Diputación de Vizcaya aprobó ayer una modificación de la Norma del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones que incluye dos novedades importantes. Por un lado, se establece un sistema por el cual se beneficia a las parejas de hecho y, por otro, se suavizan las sanciones para los familiares directos que olvidan presentar la declaración por el nuevo patrimonio heredado. En el primero de los casos, la nueva regulación fiscal, que deberá ser aprobada en las Juntas Generales, establece que aquellas personas que acrediten una convivencia mínima de dos años podrán beneficiarse de unas reducciones del impuesto a la hora del traspaso de la vivienda. Dichas bonificaciones podrán llegar hasta el 95% para viviendas de hasta 20 millones de pesetas. Esta modificación fiscal beneficia directamente a las parejas de hecho, indistintamente de su composición. Pueden ser, entre otros casos, parejas que conviven sin vínculos legales de matrimonio, personas que han dedicado varios años de su vida al cuidado de ancianos y que han estado residiendo en la casa. La otra modificación afecta a más contribuyentes. La legislación vigente hasta el momento incluye una bonificación fiscal del 100% para los familiares directos que heredan, siempre y cuando notifiquen a Hacienda el incremento patrimonial en el plazo de un año. De no realizarse esa comunicación en dicho plazo, se perdía el derecho a la bonificación fiscal. El diputado de Hacienda, Fernando Olmos, explicó que en la práctica los contribuyentes que no estaban realizando las notificaciones no lo hacían con ánimo de defraudar, sino como consecuencia de olvidos y negligencias. La Hacienda foral ha optado por rebajar la sanción y establecer un sistema de penalización. La nueva redacción establece que los familiares directos que olviden declarar el nuevo patrimonio tendrán una multa de hasta 1,5 millones de pesetas en la base imponible, pero manten-drán el derecho a disfrutar de la bonificación fiscal del impuesto.

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