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La Escuela de Letras cumple 10 años enseñando a escribir

3.000 alumnos han aprendido técnicas de composición

A escribir no se enseña, pero sí se aprende. Con maestría, ese aprendizaje se puede dirigir. Partiendo de esta idea se fundó hace una década la Escuela de Letras, por la que han pasado 3.000 alumnos. Los escritores que la crearon se inspiraron en los principios de la Institución Libre de Enseñanza: se trataba de ofrecer un tipo de educación humanística, alternativa a la formal.Dice su director, el escritor Alejandro Gándara, que el aprendizaje del estudiante arranca con la escritura y que, partiendo de la creación literaria, se puede aprender prácticamente de todo. "Cuando empezamos en la escuela buscábamos gente con interés por descubrir su talento y capacidades literarias, y hemos intentado darles la posibilidad de aprender a hacerlo", recuerda el literato.

En la primera clase se pone a los alumnos un problema práctico: escribir un sueño desde dentro, como si estuviera ocurriendo en ese momento. A esta primera experiencia le siguen múltiples prácticas, repartidas en siete meses, sobre escritura narrativa, composición, investigación con el lenguaje, narración cinematográfica, teatro o relato periodístico. La escuela, que tiene su sede en Madrid, organiza cursos de distintos niveles y un Programa Junior, más corto, pero con las mismas materias, dirigido a alumnos de 15 a 18 años. También realizan seminarios de una semana en universidades de verano.

Críticos y literatos

Vinculados a esta escuela han estado críticos y literatos como Juan Benet, Rosa Chacel, Tobias Wolff, Constantino Bértolo, Ángel Lucía, Juan Carlos Suñén, Carlos García Gual, Jesús Ferrero, Jesús Díaz o José Sanchis Sinisterra, algunos de los cuales continúan impartiendo lecciones en ella.José Antonio Sánchez Villasevil tiene 45 años, da clase en la escuela y pasó por ella como alumno hace 10 años. Es sociólogo de carrera, pero trabaja como profesor de lengua y literatura en un instituto de secundaria de Madrid. Ha publicado dos novelas: Capanegra y Donde yo no te viera.

"Hice el curso de creación porque llega una momento en el que necesitas contrastar de manera rigurosa lo que has estado escribiendo", explica. Sánchez Villasevil llevaba 15 años haciéndolo, pero no creó su primera novela "para publicar", como él dice, hasta que estudió el segundo curso de la escuela. Según cuenta, ese fue el gran cambio que le aportó su paso por el centro.

Hay una idea romántica de que el escritor está metido en un ambiente aislado, retirado del mundo, señala el profesor. "Pero, en realidad, eso no tiene porqué ser así. Es importante enseñar lo que haces y no olvidar que escribir es un aprendizaje continuo. No hay recetas".

La inscripción al curso de creación, que transcurre de octubre a mayo, se cierra esta semana, y la del Programa Junior, en el mes de noviembre.

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