CiU concluye que debe evitar que se radicalice la campaña catalana

La primera lección que los nacionalistas catalanes han extraído de las elecciones vascas es que la radicalización de la campaña ha beneficiado a las dos ofertas extremas (el PP y Euskal Herritarrok) y ha recortado, aunque muy ligeramente, los atributos del nacionalismo moderado que representa el PNV, que se mantiene como primera fuerza en el Parlamento vasco.Y la conclusión principal de dicha lección, según fuentes de Convergència i Unió, es que la coalición gobernante en Cataluña ha de impedir a toda costa la radicalización del debate electoral de cara a los comicios catalanes de 1999. De lo contrario, los nacionalistas de CiU se expondrían a una pérdida de terreno a manos del PP, de un extremo, y de las opciones independentistas de ERC y el PI, del otro.

Así lo constataron ayer los máximos dirigentes de los dos partidos integrados en la coalición CiU. Éstos, no obstante, prefirieron subrayar en público su "satisfacción" por dos hechos: que un notable incremento de la participación no tiene que ir necesariamente en detrimento del conjunto de opciones nacionalistas y que el PNV se mantiene como el partido más votado, lo que le confiere el liderazgo en la gestión del tránsito hacia la paz.

Fuentes de los dos partidos de CiU coincidieron en que el resultado de los comicios vascos no tendrá influencia en la decisión que debe adoptar el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, sobre si agota la legislatura y convoca las elecciones para otoño de 1999 o adelanta la cita con las urnas a marzo del mismo año.

En cambio, sí influirán, a juicio de los nacionalistas catalanes, en que el debate electoral catalán quede centrado en el encaje de Cataluña en España y la construcción de un Estado plurinacional, terrenos en los que CiU se mueve como pez en el agua.