El clero conservador iraní logra el control total de la cúpula religioso-política

El clero conservador iraní ha logrado el control absoluto de la Asamblea de Expertos, la máxima institución política y religiosa del país, encargada de velar por la pureza de la Revolución Islámica y de nombrar o revocar al Guía de la Revolución. Éste es el resultado de unas elecciones celebradas el pasado viernes en Irán en las que el índice de participación fue del 46,3% y por las que los sectores opuestos a las reformas consiguieron 70 de los 86 escaños de que se compone el alto organismo, dejando para los aperturistas sólo 16 puestos.Las elecciones a la Asamblea de Expertos han sido la primera gran cita con las urnas que se ha celebrado en Irán tras los comicios presidenciales del año pasado, en los que ganó el sector reformador, con Mohamed Jatamí a la cabeza. La presidencia de la República iniciaba así una experiencia innovadora, dentro del régimen shií, intentando abrir las puertas del país a la comunidad internacional, reconciliarse con Estados Unidos y sentar las bases de una liberalización económica.

Las últimas elecciones, sin embargo, han dado la victoria a personajes claves del bando conservador de los ayatolás, como el jefe del Poder Judicial, ayatolá Mohamed Yazdi, o el ministro de Seguridad Interior, Ghorbanali Dorri-Dajafabadi , a su vez fieles servidores del actual Guía de la Revolución, Alí Jamenei, quien los ha venido utilizando para impulsar, en los últimos meses, una persecución pública y sistemática de los dirigentes que pretenden una apertura del régimen, entre otros el ex alcalde de Teherán Gholamhusein Karbaschí, condenado por supuesta malversación de bienes públicos.

El elevado índice de abstención, un 53,7%, es también un triunfo para los reformistas ya que demuestra que su llamada al boicoteo no era un error y obedecía a la actitud y las aspiraciones de la mayor parte de la población, que empieza a adoptar una actitud crítica hacia las instituciones surgidas con la Revolución Islámica y desean ver convertida la Asamblea de Expertos y el Guía de la Revolución en dos organismos de carácter consultivo, traspasando su poder efectivo a la Presidencia.