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Reportaje:

Fidel receta más ideología

Prohibidos en Cuba los caramelos con calcomanías por si llevan algún tipo de mensaje capitalista

Desde Pinar del Río hasta Guantánamo, este año, en las escuelas cubanas, todos los niños y adolescentes han comenzado a estudiar una nueva asignatura. Su nombre es cátedra de formación de valores, y en ella se imparten contenidos tales como amor a los símbolos patrios y a los mártires, honestidad, laboriosidad y antiimperialismo. En los arcenes del interior de Cuba han vuelto a reverdecer viejas consignas del tipo "al capitalismo no regresaremos jamás" o "los principios no se negocian".La saturación ideológica no es gratuita; no se trata de un simple pataleo ni de un capricho político coyuntural. Las autoridades cubanas están convencidas de que las "concesiones" hechas al capitalismo han provocado desigualdades funestas que a la larga "reblandecen" la sociedad socialista, y para equilibrar la balanza han desatado una fiera ofensiva ideológica a todos los niveles.

Para tener una idea del ambiente que se fomenta, baste decir que durante el último congreso nacional de los Comités de Defensa de la Revolución, celebrado recientemente en La Habana, uno de los delegados llegó a proponer que, al igual que en todos los barrios había un médico de la familia, podría crearse también la figura de "un compañero" que velase en cada manzana y en cada casa por los valores revolucionarios. La idea no cuajó y por suerte se quedó sólo en anécdota.

Una empresa extranjera que vendía golosinas y pirulíes con gran rentabilidad para su contraparte cubana vio un día cómo "una orden de arriba" acabó con un negocio rico para todos. Resultó que los dulces venían presentados con tatuajes y calcomanías de regalo, pero éstas traían héroes y personajes "poco adecuados". Los niños iban con los tatuajes en el brazo a la escuela y alguien entendió que aquello era la semilla de un mensaje político confuso, por lo que, ante la disyuntiva de patria o ganancia, se acabó el negocio.

Hablando de niños y de escuelas, el folleto metodológico que se ha distribuido a los maestros encargados de impartir la asignatura de formación de valores establece como primer objetivo "fortalecer el trabajo dirigido a la formación de valores como elemento esencial en la lucha ideológica que en las condiciones actuales enfrentamos para garantizar la continuidad de la revolución". Laboriosidad, antiimperialismo, honestidad y amor a la patria son algunas de las materias con que chocarán en clase a partir de ahora los estudiantes cubanos. Pero la actual ofensiva es de tal proporción que de ella no escapan ni los 600.000 militantes del Partido Comunista de Cuba (PCC).

En una reciente reunión, el secretario del PCC en La Habana, Esteban Lazo, criticó lo que sucede en algunos núcleos del partido, en los que no se sanciona ni analiza a los que no asisten sin causa justificada. "Al parecer, cada vez son más los militantes que se toman las cosas a la ligera, y esto, caballeros, no se puede permitir". O como dijo Lazo: "Hay fenómenos dañinos para la revolución, como la falta de combatividad, el consumismo, el conformismo, el egoísmo y la tolerancia, con los cuales no podemos acostumbrarnos a convivir". De momento, la única medicina es más ideología.

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