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Las ventas de armas en el mundo aumentan por tercer año consecutivo

El mercado internacional de armas sigue gozando de una insultante buena salud. Por tercer año consecutivo, y gracias sobre todo a los mercaderes de Oriente Próximo, las ventas internacionales de armas se incrementaron en un 12% en 1997, según el informe anual del prestigioso Instituto de Estudios Estratégicos de Londres (IISS, en sus siglas inglesas), hecho público ayer. Sin embargo, esta tendencia, que parecía presagiar un cambio tras la notoria caída en las ventas tras el fin de la guerra fría, podría invertirse de nuevo a causa de la crisis asiática, que ha hecho que muchos países de la región redujeran de forma drástica sus presupuestos de defensa. The military balance (El equilibrio militar), nombre que recibe el informe, carga especialmente las tintas en la incapacidad de Occidente para demostrar su peso político y militar, de tal modo que sean creíbles sus amenazas de hacer uso de la fuerza para respaldar sus retos diplomáticos. Incluso Estados Unidos se ha visto sobrepasado por sus despliegues simultáneos en el golfo Pérsico, los Balcanes y otros lugares del globo, y han surgido dudas sobre su capacidad para atender al mismo tiempo a dos conflictos regionales.

El monto global de las transacciones internacionales de armas se estima que fue en 1997 de 46.000 millones de dólares (6,5 billones de pesetas), una cifra que, sin embargo, no representa más que la mitad de lo que se gastaba a finales de la década de los ochenta, antes de que la caída del muro de Berlín pusiera fin a la guerra fría. La principal razón del incremento registrado en 1997 se debe a las órdenes masivas de compra de armamento libradas por varios Estados del Golfo. Oriente Próximo sigue siendo el mayor zoco armamentístico del mundo, que mantendrá su fama este año gracias sobre todo al conocido como contrato del siglo: la compra por parte de los Emiratos Árabes Unidos de 80 cazabombarderos estadounidenses F-18.

El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos hace hincapié en que las inspecciones internacionales en suelo iraquí, efectuadas entre febrero y agosto de 1998, "han permitido demostrar que Irak no había reconocido la totalidad de sus armas de destrucción masiva y sus programas de misiles". El IISS se refiere también a la situación en Irán, donde, "pese a un positivo desarrollo político interno", Teherán sigue "provocando inquietud" a causa de su programa de misiles y de armas nucleares. El informe se preocupa también por la situación interna de Argelia.

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