Borrell critica que el PNV quiera sacar ventaja del deseo de paz de los vascos

Los socialistas dieron ayer por ganada la batalla de los demócratas contra el terrorismo etarra, si bien subrayaron que es una victoria de toda la sociedad vasca que ningún partido debe atribuirse, como a su juicio pretende el PNV. En el último gran mitin de su campaña, el Partido Socialista de Euskadi arremetió contra el líder peneuvista, Xabier Arzalluz, por pretender que el final de la violencia responda a un guión escrito por él y por ETA. El candidato socialista a La Moncloa, José Borrell, reprochó al nacionalismo democrático que intente sacar ventaja política de la violencia etarra.

Ante cerca de 4.000 personas, que no llenaban el polideportivo de La Casilla, en Bilbao, los principales dirigentes del PSOE dejaron patente su resquemor por la ambigüedad del PNV con los violentos, mientras los socialistas y la población no nacionalista padecían el zarpazo del terrorismo. El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, llegó a recordar:"A veces, no sabíamos si el PNV estaba con los de la botella de gasolina y el trapo mojado o con los que sufríamos los cócteles mólotov en las casas del pueblo". En la misma línea, Borrell levantó aplausos al afirmar que el PNV, "sin hacer uso de la violencia, quieren aprovechar el deseo de paz de la gente para sacar ventaja política, y eso es tan deleznable como el uso de la violencia".

El candidato a lehendakari, Nicolás Redondo Terreros, contó ayer con el respaldo de los máximos dirigentes del socialismo español, así como de su padre, Nicolás Redondo Urbieta. Empezó con un gesto rotundo: "Quiero anunciar que hemos ganado la batalla de la paz. Sólo queda por saber si ETA lo reconoce antes o después del domingo. La victoria es de la sociedad vasca, no de Arzalluz, con su Declaración de Estella".

Almunia fue incluso más lejos y pidió que los ciudadanos impidan con sus votos que el final de la violencia quede sometido a un guión escrito por Arzalluz, o en una situación en la que ETA "siga con la sartén por el mango". Y a continuación culpó a José María Aznar, presidente del Gobierno, de que el PNV se haya echado al monte con HB. Aznar, según él, ha sido débil, porque ha preferido garantizarse los cinco votos del PNV en las Cortes antes que asegurar las libertades democráticas. Una actitud con la que ha cedido al PNV un terreno en la lucha por el fin de la violencia que el PSE quiere defender el 25-O.

Borrell, que en algunos momentos fue vitoreado con gritos de "presidente, presidente", puso al auditorio ante la escalofriante estadística de la violencia etarra: "Desde hace 19 años, los que se cumplen este domingo de la aprobación del Estatuto de Gernika, cada doce días ETA ha matado a un ser humano. En total, 550 asesinatos". Para poner el punto final a esa lacra, Borrell pidió que las urnas se llenen de votos a favor del PSE y trasladen de esa manera el clamor tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco.

Tras asegurar que los socialistas no han hecho una campaña españolista, porque no son ni nacionalistas vascos ni nacionalistas españoles, aclaró que la disyuntiva está en que gane el bloque nacionalista o "los constitucionalistas". Borrell se esforzó en desmontar las trampas que, según él, tratan de tender los nacionalistas: que hay un enfrentamiento entre Euskadi y el resto de España; que la paz sólo llegará a través de la independencia y que la invocación a la nación vasca, como si fuera homogénea, tapa el debate sobe posiciones de izquierda y de derecha. "Se sacan mitologías sobe el pasado y esencias patrias para impedir la discusión sobre el futuro posible. Un dato: el País Vasco ha perdido cerca de un billón de pesetas en inversiones extranjera por el pesado fardo del terrorismo".

Borrell atacó al PNV por su política socioeconomica y en relación con las libertades y aseguró que es la "infantería de choque" del PP en las Cortes.