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El fiscal pide 25 años para el joven que mató a otro de un navajazo en Majadahonda

El fiscal solicita 25 años de cárcel (20 por asesinato y 5 por lesiones graves) para Antonio de Lucas Andréu, alias el Mechina, el joven de 19 años acusado de matar en Majadahonda, de una cuchilla en el corazón, al universitario de 21 años Fernando Bertolá Navarro. El asesinato de Bertolá, la madrugada del sábado 28 de junio de 1997, forma parte del cúmulo de crímenes juveniles que han sacudido la región algunos fines de semana y en los que el arma homicida es la temible navaja. La preferencia de paso en una acera fue el movil de este homicidio.

Los 25 de años de cárcel que le pide el fiscal significan el final de la investigación judicial y el pórtico para la celebración del juicio, que aún no tiene fecha y que se desarrollará en la Sección 15 de la Audiencia de Madrid. El Ayuntamiento de Majadahonda y la asociación Sos-Racismo se han personado como parte en el juicio, y piden igual condena que el fiscal para el acusado, encarcelado ahora en la prisión de Valdemoro. El relato de hechos que establece el fiscal es el siguiente: hacia las dos de la madrugada del 28 de junio de 1997, el presunto asesino caminaba, "emporrado y ebrio", por una acera de la calle de La Iglesia, en Majadahonda. Le acompañaban Faustino L. M. y Óscar S. S. Por la misma acera, pero en sentido contrario, caminaban en ese momento Fernando Bertolá, la víctima, y su amigo Luis Miguel F. P. Al cruzarse ambos grupos en la estrecha acera se originó entre ellos una discusión sobre quién debía haberse apartado al paso del otro.

El Mechina se mantuvo al margen de la discusión; sin embargo, y de forma repentina, según el fiscal, sacó una navaja y asestó una primera cuchillada en el muslo a Luis Miguel e inmediatamente otra, en el pecho, a Bertolá. Al ver que "Luis Miguel daba unos pasos atrás, echándose mano a la pierna", y que "Fernando giraba a su derecha y se tocaba el pecho", el Mechina gritó a sus amigos: "Vámonos, que he pinchado a uno". Y salieron corriendo.

La Guardia Civil detuvo al supuesto criminal horas después en la discoteca ¡Oh! Madrid, en Aravaca. Y posteriormente halló la navaja homicida escondida, y lavada de sangre, junto al parque Azata de Majadahonda. Eduardo Alarcón, abogado del Mechina, considera que los hechos son constitutivos de un homicidio, no de asesinato, y entiende que la pena justa para su cliente, dadas las atenuantes que concurren en su acción, debe oscilar "entre los dos y los cinco años de prisión".

Alarcón afirma en su escrito que De Lucas, aparte de hachís, cerveza y whisqui, esa noche consumió también "cocaína, ácidos y un tripi". Asegura que la única luz que había en el lugar de los hechos era una farola y que, en su aturdimiento por la mezcolanza de drogas y alcohol, "lanzó, sin control alguno, dos golpes seguidos e inmediatos con su navaja de siete centímetros".

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