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Encantados

JUANJO GARCÍA DEL MORAL Divisando la dimensión del Norte. Hacia el Ártico de las Regiones, era el título de un seminario internacional celebrado la pasada semana en Finlandia. El enunciado ofrece una idea aproximada del tema que se abordaba, sin duda importante para los países y pueblos pertenecientes a ese frío entorno del extremo más septentrional del continente. El encuentro, seguramente, habrá deparado propuestas, nuevas ideas y soluciones para enfrentar los problemas que aquejan a esa zona del norte de Europa, cuyas claves geopolíticas se nos escapan a la mayoría desde estos cálidos lares. Participar en ese seminario seguramente lleno de expertos y aportar algo requiere, indudablemente, los conocimientos y la preparación adecuados. Y más si la conferencia lleva por título nada menos que El Norte, dimensiones del Ártico y de Barents. Pero quien habló en Finlandia sobre este sesudo tema no fue otro que el presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, quien intervino en su condición de presidente del Comité de las Regiones, uno de tantos organismos europeos cuya utilidad también escapa a la ciudadanía en general, que los ve más que nada como un medio para viajar y figurar. La primera reacción al conocer el enunciado de la disertación y el nombre del conferenciante es el asombro, que da paso a la formulación de una duda. Una de tres: o el presidente es realmente un sabut, o es un atrevido, o estamos ante un verdadero jeta. La duda se despeja cuando se lee el texto de la conferencia que pronunció el presidente valenciano: un compendio de inanidad y lugares comunes que debió de dejar fríos a los participantes en el seminario. Salvando las distancias, el clima y todo lo salvable, es como si el presidente de una región del Ártico, sin más aval conocido que su cargo, viniera a hablarnos aquí sobre El eje del Mediterráneo y su relación con el Norte de África y se dedicara a explicarnos lo bonitas que son nuestras playas, antes de asegurar que la UE no puede construirse desde "antiguas y superadas dinámicas de un centro fuerte y unas periferias subordinadas con un desarrollo precario o simplemente marginadas". Seguramente quedaríamos todos encantados.

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