Un jurado malagueño juzga a dos búlgaros por el asesinato de Sánchez Bocanegra
Dos ciudadanos búlgaros, Svetoslav Bogadnov y Bisser Hristov, se sientan desde ayer en el banquillo de la Audiencia de Málaga para responder del violento asesinato del asesor fiscal marbellí Javier Sánchez Bocanegra, ocurrido en septiembre de 1996. La vista, que se celebra con la intervención de un jurado popular, se desarrollará a puerta cerrada, porque así lo solicitó la familia de la víctima. En la primera jornada quedó constituido el jurado y se procedió al interrogatorio de los dos acusados. Svetoslav Bogadnov es el único de los dos implicados en el asesinato de Bocanegra que está en prisión preventiva. El fiscal pide para él 17 años de cárcel por un delito de asesinato y tres años y seis meses más por robo con violencia. Su defensa ha optado por reconocer la autoría de la muerte, pero el abogado tratará de defender que lo que hubo fue un homicidio imprudente, es decir, que no existió intencionalidad. Su presunto cómplice, Bisser Hristov, se enfrenta a dos años de cárcel por encubrimiento y a otros 15 meses por receptación -aprovecharse del resultado de un delito-, aunque su defensa sólo reconoce el segundo de los delitos. Aunque en principio estaba previsto que la vista oral del caso fuese pública, el representante legal de la familia de la víctima, que ejerce la acusación particular, pidió que el juicio fuese a puerta cerrada, por entender que lo que se iba a exponer en la sala podría ser lesivo para la memoria de la víctima y sus familiares. El jurado aprobó por unanimidad esta medida. Los hechos que ahora se juzgan ocurrieron el 7 de septiembre de 1996, fecha en que Sánchez Bocanegra apareció muerto en su domicilio marbellí. Según narra la calificación del fiscal, los dos acusados vivían desde poco tiempo antes en Marbella y se dedicaban a la prostitución. El siete de septiembre por la mañana, el asesor fiscal marbellí se puso en contacto con Bogadnov para solicitarle su compañía. Ya en casa de Bocanegra, el acusado lo ató de pies y manos, lo golpeó brutalmente en la cabeza hasta dejarlo muerto y se marchó después de robarle la cartera, un reloj de oro de la marca Rolex y el coche; un moderno Mercedes. Antes de abandonar el domicilio de Bocanegra, el asesino se duchó para eliminar los restos de sangre de su cuerpo y de la ropa. Salió en el coche del asesor fiscal hacia el hostal donde se alojaba con Hristov, lo recogió, le contó lo sucedido y -siempre según la calificación del fiscal- salió con él hacia Torremolinos. Allí abandonaron el coche y tomaron un taxi hasta Granada, pagando los gastos del viaje y las compras que hicieron en esta ciudad con el dinero y las tarjetas de crédito que había en la cartera de Bocanegra. De Granada viajaron a Valencia, y de allí a Madrid, donde los detuvo la Policía cuando trataban de preparar la huida hacia su país.
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