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JOSÉ MARÍA HINAREJOSJEFE DE LA POLICÍA AUTONÓMICA

"Hablar en valenciano nos ayuda a resolver muchos casos"

En su época de comisario en Benidorm a principios de los noventa no se imaginaba que con el tiempo acabaría a las órdenes del alcalde de aquella localidad turística, Eduardo Zaplana. José María Hinarejos (Cuenca, 1953) dirige desde hace cinco años desde su despacho de L"Eliana la Policía Autonómica. Una unidad adscrita del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) con 257 agentes y competencias en menores, medio ambiente, juego y vigilancia de instituciones. Tantos años de policía judicial, investigando crímenes y atracos desde Palma de Mallorca al País Vasco, le impiden arrellanarse en la rutina. Pregunta. En un estudio sociológico, el 59,1% de los valencianos dice tener mucha confianza en la Policía Autonómica. Sólo les superan la Corona y los ecologistas. ¿A qué atribuye esta confianza? Respuesta. Supongo que todo lo que conoce la población de nosotros es positivo. Somos un grupo joven, pero esto es una unidad del CNP adscrita a la Generalitat. El CNP tiene capacidad de adaptación a lo que le demanda la sociedad y la creación de la Policía Autonómica es una prueba de ello. P. ¿Se les conoce lo suficiente? R. Creo que nos falta llegar a la sociedad valenciana, pero hay que actuar con cautela, porque somos muy pocos. Si nos diéramos a conocer a gran escala podríamos frustrar ciertas expectativas, porque podrían exigirnos más de lo que podemos dar. Hay áreas en las que estamos volcados de lleno, pero sólo tenemos 257 hombres. De cualquier forma, llevamos casi seis años trabajando y la gente, aunque al principio no sabía ni que existíamos y nos confundían con el CNP, poco a poco empieza a conocernos. La prensa es la que más ha colaborado a que se nos conozca, junto con el cambio del colorido de los vehículos. Pero como policía sigo pensando que lo importante es pasar desapercibidos. P. ¿Qué supuso para usted pasar de comisario del CNP a dirigir la Policía Autonómica? R. A nivel personal es un reto, aunque no es un salto al vacío porque todo está preestablecido, pero sí que existe un amplio margen de maniobra y posibilidades de innovar, trabajar en nuevos campos y sin ataduras. Es apasionante. El cambio de distintivos y la decoración de los vehículos es lo de menos. Lo importante es que es una unidad nueva en la que los policías ingresan de forma voluntaria, lo que supone una motivación añadida; se ve nacer algo... Hay que demostrarlo todo porque venimos a una Administración que no nos conoce. Sé que los fallos se van a maximizar más que en el CNP porque van a mirarnos con lupa. Que la unidad cuaje o no dependerá de la seriedad y profesionalidad de nuestros servicios. P. Con los últimos casos de menores (13 detenidos en Gandia y 24 en el Camp de Túria), ¿Están recogiendo los frutos del esfuerzo en la especialización? R. Sí, son agentes con mucha vocación y formación. De ahí el trato exquisito que le dan a los menores; les preocupa su protección y su reforma. En el CNP, las actividades de muchos agentes incluyen el amplio abanico del Código Penal, pero los míos no tienen elección, porque tenemos pocas competencias. P. ¿No se solapan con el Grupo de Menores de la Policía Nacional y con el Seprona de la Guardia Civil? R. Nos llevamos bien. La coincidencia en algunas actuaciones podría causar recelos. Pero los responsables de los cuerpos nos preocupamos de que no suceda porque a la sociedad le preocupa que le resuelvan el problema, no el color del uniforme que lo haga. En el caso de prostitución de menores de Llíria tuvimos a la Guardia Civil al corriente y en los incendios de 1994 le cedimos al Seprona las detenciones y datos que recogimos. Hay una comisión técnica de todos los cuerpos que se reúne cada 15 días para solucionar los desajustes. P. ¿Aspiran a ser los únicos que lleven los temas de menores o medio ambiente? R. No estamos mínimamente dotados para llevar solos esas especialidades. Medio ambiente es amplísimo y en menores, con los cambios del nuevo Código Penal sobre la mayoría de edad penal, se va a producir un gran aumento de intervenciones. Cuando llegué me dijeron las competencias que tenía y hasta dónde podía llegar. Si me marcan nuevas áreas las asumiré, pero por el momento tenemos trabajo de sobra. P. ¿Le parece bien que coexistan tantos uniformes en la calle? R. Cuanto más clara esté la división de competencias, será mejor. Pero yo parto de la base de que si hubiera un cuerpo único de policía en todo el país sería más fácil distribuir la faena. No habría problemas de competencias ni habría que hablar continuamente de buscar la coordinación entre cuerpos porque no habría más que uno. Pero estamos en un conglomerado de cuerpos y es difícil delimitar las competencias. La ley lo intenta, pero ahora llegamos nosotros y lo complicamos aún más. P. ¿Cuáles han sido los mayores logros de la unidad durante sus seis años de funcionamiento? R. En los incendios forestales de 1994 en La Ribera Alta demostramos la participación de un incendiario en una veintena de siniestros. También sacamos a la luz la importación clandestina de plásticos de Alemania. Hace dos veranos detuvimos a unos que arrojaron un cóctel mólotov contra el cuartel de la Alameda y están los últimos casos de menores. Sobre todo estoy orgulloso del ritmo de trabajo que hemos cogido. En 1997 realizamos 15.901 actuaciones y este año, hasta agosto, llevamos 13.995. Pero llega un momento en que no puedes exigir más por no saturar a tus hombres. Por nuestra precariedad de personal cuando nos falta un policía para un servicio tenemos que apartar a algún policía de su especialidad. P. ¿Se mira en el espejo de la Ertzaintza o los Mossos d"Esquadra? R. No tienen más especialización ni formación que nosotros, que llevamos los 150 años de experiencia del CNP a nuestras espaldas y nuestros hombres han pasado por su academia de Ávila, con prestigio mundial, y han recibido cursos en el IVASP. Uno de nuestros inspectores jefe es profesor de la escuela de Mollet de los mossos. Pero nos superan en competencias, presupuesto, medios humanos y materiales. Los ertzaintzas son al menos 7.000 y en una promoción de los mossos sale más gente que en toda nuestra unidad. P. ¿Le agradaría continuar como unidad adscrita del CNP? R. Soy partidario de continuar así, para beneficiarnos de las ventajas de la centralización. A pesar de sus connotaciones peyorativas, pienso que es muy importante que nuestros agentes se formen en Ávila y que todos los policías de España tengan una formación similar porque las fronteras autonómicas no existen para los delincuentes. Además, es importante disponer de la base de datos del CNP en El Escorial. Salimos más baratos por aprovechar sus recursos. Y una policía no se forma de la noche a la mañana, los agentes aprenden en la calle con años de experiencia, por eso nos nutrimos de policías con varios años de trabajo en el CNP. En su mayoría son valencianos destinados fuera que se apuntan a la Policía Autonómica para volver a casa. P. ¿No le preocupa que la imagen de la Policía Autonómica se diluya en la nacional? R. No hay que caer en los estereotipos. Tenemos un uniforme que apenas se diferencia del CNP, pero eso puede solucionarse con una decisión política. Lo importante es que la mayoría de agentes son de aquí o llevan, como yo, 20 años en Valencia. ¿Se puede tener un mayor arraigo? P. En Cataluña y el País Vasco, la lengua autóctona es primordial para las policías autonómicas. ¿Qué porcentaje de sus agentes hablan valenciano? R. Bastantes, por lo menos un 50%. Estamos haciendo cursillos de valenciano. Yo soy castellanohablante, pero lo entiendo y podría hablarlo si no entramos en muchas profundidades. Pero tengo que estar traduciendo. En las comarcas en las que más se habla el valenciano es más fácil relacionarse con la gente en su lengua materna. Por eso intentamos enviar allí policías que hablan en valenciano, lo que nos ayuda a resolver muchos casos y mejora la imagen del cuerpo. P. Guardias civiles y policías nacionales admiran sus sueldos. R. Se refieren sobre todo a ertzaintzas, mossos y policías locales. Nosotros no les llevamos tanta diferencia, aunque estamos un 10% por encima de ellos P. El convenio entre la Generalitat y el CNP incluye que se dupliquen sus agentes, hasta 500, en dos años. ¿Se cumplirá? R. Lo veo viable. Al tener más gente se multiplicarán los servicios, consolidaremos las competencias y entraremos en otras nuevas. Como el patrimonio, porque en la Comunidad hay muchos yacimientos y monumentos, un gran campo de trabajo. En el tema del juego hemos formado a los agentes y controlado las máquinas de premios. Con el tiempo vigilaremos los bingos y casinos. P. Una de sus primeras competencias, que no le agradaba a ningún cuerpo, fue la seguridad de edificios públicos y autoridades, R. El año pasado, ante los numerosos atentados de ETA, estuvimos muy preocupados porque no estamos aislados del resto del territorio nacional. Teníamos muy en cuenta todas las informaciones que nos pasaban. Es un campo en el que estamos muy en contacto con el CNP. P. ¿Cuándo se trasladarán a la antigua estación del Pont de Fusta, en Valencia? R. Ya hay presupuesto de 50 millones para las primeras obras de remodelación, que empezarán en los próximos meses. Esperamos trasladarnos en un año. Es un edificio bonito, céntrico y representativo. Con cruzar el puente estaremos en la Dirección General de Interior, las Cortes... Será más operativo y económico.

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