La naturaleza cobra peaje
A finales del pasado año, la empresa Gestión de Infraestructuras de Andalucía (GIASA), participada mayoritariamente por la Consejería de Obras Públicas, comenzó las obras de desdoblamiento de la carretera C-440, que une los municipios gaditanos de Jerez de la Frontera y Los Barrios, para convertirla así en la autovía A-381. La construcción de cualquier carretera de cierta envergadura siempre plantea problemas de impacto ambiental. Pero esta pasa por el interior del Parque Natural de Los Alcornocales, que ha sido propuesto para su inclusión en la red Natura 2000, que distingue a los espacios europeos de mayor valor ecológico. El tramo más complicado es el que discurre entre Alcalá de los Gazules y Los Barrios. Aunque solo suma 40 kilómetros, discurre por una de las zonas más interesantes del parque, tanto por la variedad e importancia de sus recursos botánicos y faunísticos como por el atractivo de sus paisajes. En una primera fase, y al objeto de poder conseguir una declaración de impacto ambiental favorable, los responsables de GIASA estudiaron hasta 53 alternativas distintas de trazado, decidiéndose por la menos agresiva. Además, se introdujeron en el proyecto distintas actuaciones correctoras (pantallas antirruido, pasos de fauna o puentes y viaductos para evitar afecciones a zonas sensibles) por valor de 15.000 millones. Diecisiete programas La Consejería de Medio Ambiente estimó suficientes estas cautelas, por lo que autorizó la obra con la condición de que establecieran una serie de medidas compensatorias adicionales, en cuyo diseño necesariamente debía intervenir una institución científica. La Estación Biológica de Doñana (EBD) fue el organismo elegido por GIASA para establecer, de mutuo acuerdo, el paquete de compensaciones ambientales. En total se han previsto 17 programas en los que se incluyen numerosas acciones, presupuestadas en 1.200 millones y con un plazo de ejecución de cinco años. A juicio de Miguel Ferrer, director de la EBD, "se trata de una iniciativa pionera, porque nunca se ha planteado nada igual ni en Andalucía ni en Europa". Por primera vez, añade, "se incluyen medidas compensatorias en una obra de estas características. La Unión Europea nos ha pedido que celebremos una reunión con los responsables comunitarios de estos para informarles del procedimiento seguido, para que pueda servir de ejemplo a otros". Las actuaciones son de distinto tipo. Por bloques, uno de los más importantes es el que tiene que ver con la conservación de los canutos, ecosistema característico de este espacio protegido. Con este término se designa a los angostos valles y torronteras que forman algunos cauces del parque, en los que, merced a un particular microclima húmedo y cálido, crece una vegetación propia de latitudes tropicales: helechos, musgos, laurel y ojaranzo, entre otras especies. Además de establecer medidas que eviten el impacto de las actuaciones humanas en estas áreas, se crearán dos jardines botánicos. Asociado a este programa está el de conservación de la nutria, especie que mantiene en la provincia de Cádiz una de las poblaciones más importantes de España. Tanto en la autovía como en otras carreteras de la sierra se establecerán pasos que eviten los atropellos de este animal. En los ríos y arroyos en los que habita se procederá a la retirada de escombros y basuras, acumuladas en sus márgenes, y se potenciará la depuración de las aguas residuales que van a parar a los mismos. Por último, en diferentes puntos de los cauces y embalses de la zona se construirán islas artificiales, refugios y escalas para peces, además de restaurar la vegetación de las riberas y eliminar las alambradas y otros obstáculos que impidan el tránsito de fauna. La variada muestra de murciélagos que viven en Los Alcornocales, muchos de ellos protegidos por la legislación europea, también se beneficiarán de las medidas compensatorias, ya que está previsto colocar barreras en algunos de sus refugios, para evitar el acceso de visitantes, y reparar cuevas y túneles en los que habitan. Otros animales para los que también se han diseñado planes de recuperación son el corzo, el águila perdicera, el alimoche y el conejo, este último por su importancia en la dieta de numerosas especies protegidas.
Soborno medioambiental
Los ecologistas no comparten la satisfacción que en medios científicos y en la Unión Europea ha suscitado el planteamiento con el que GIASA pretende reducir el impacto ambiental de la autovía. La Confederación Ecologista y Pacifista de Andalucía (CEPA) considera que nunca se han planteado otras alternativas, menos dañinas, para mejorar el sistema de comunicaciones del Campo de Gibraltar. Una vez decidido el trazado de la autovía, las medidas correctoras previstas son, según la CEPA, "totalmente insuficientes ya que, por ejemplo, no se sabe de donde van a salir los 6,5 millones de metros cúbicos de áridos necesarios para la obra, o donde se depositarán los más de 3 millones de metros cúbicos de tierra de las excavaciones". Sobre las medidas compensatorias, este colectivo advierte: "Son una obligación legal, ya que la autovía atraviesa una zona catalogada por la UE como de especial protección para las aves". "La mayoría de las medidas compensatorias", denuncia la CEPA, "no tienen nada que ver con los efectos de la autopista. Sólo se trata de comprar imagen medioambiental financiando estudios sobre algunas especies protegidas, un peligroso precedente que puede llevar a un auténtico soborno medioambiental". Además, los ecologistas consideran ridículas las inversiones que se han previsto en este apartado, "que solo representan el 2% del presupuesto total". Los precedentes del trasvase del Guadiaro y de otras carreteras proyectadas en el Parque Natural de Grazalema, concluye la CEPA, "nos indican que, una vez ejecutada la obra civil y ocasionado el daño ambiental, no hay dinero ni interés para ejecutar las supuestas correcciones y compensaciones".
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