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La EPO se vende sin control en farmacias

El producto dopante más perseguido, cuya comercialización está prohibida incluso con receta, se ofrece sin problema alguno en los 10 establecimientos de Madrid visitados por El País

Diego Torres

El fármaco más perseguido, aquél cuya mera posesión acarreó detenciones de médicos y ciclistas durante el pasado Tour, un producto que en teoría no se puede comprar ni con receta, se vende sin problemas en las farmacias de Madrid.

Este periódico pidió esta semana en 10 establecimientos una caja de Eprex (la famosa EPO) y en todos ellos accedieron a venderla una vez cumplido el trámite de solicitarla al almacén. En principio, cabía pensar que el distribuidor negaría el producto al farmacéutico (pues estos establecimientos no están autorizados para su venta). Pero no ocurrió así, y EL PAÍS compró sin inconveniente alguno el producto dopante más famoso, el más utilizado y difícil de descubrir, por no decir de imposible detección. El alto precio del producto (14.429 pesetas) le dejó al farmacéutico un margen del 29% (unas 4.000 pesetas); y al almacén, un 12% (unas 1.500 pesetas), unos datos que tal vez ayudan a facilitar la venta.

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EL PAÍS ha visitado para el presente reportaje 14 farmacias (situadas en los barrios del Pilar, Chamberí y Salamanca). En 10 de ellas el periodista no se identificó como tal, y todas accedieron a la venta. En otras 4 sí explicó que se hallaba elaborando una información, y en todas le respondieron que está prohibido vender estos productos (el caso de la EPO) o que han de cumplirse requisitos rigurosos para su compra (cuando se pidió la hormona del crecimiento).

Sin registro

Lo cierto es que la EPO (hormona que favorece la fabricación de los glóbulos rojos cuyo nombre científico es eritropoietina), la hormona del crecimiento (somatotropina) y los anabolizantes están al alcance de todos aquellos que los deseen. Ningún farmacéutico de los visitados advirtió de que la venta de la EPO está prohibida por ser un producto calificado de "uso hospitalario" por el Ministerio de Sanidad; ni de que la somatotropina está considerada de "diagnóstico hospitalario" (requiere receta con visado del inspector de Sanidad). Otros productos dopantes menos avanzados, como los anabolizantes, sólo precisan receta médica para su adquisición. Pero es lo mismo. El control sanitario no existe, porque Sanidad no comprueba si todos los productos de este tipo que llegaron a la farmacia salieron luego de ella mediante receta. Sólo se regula el gasto en los casos de subvención de la Seguridad Social. Pero si el cliente paga lo que compra, no hay control.

"¿Tiene Eprex?", consultó este periódico en una farmacia de la calle de Serrano, en Madrid. "No, pero se lo puedo encargar al almacén", respondió el mancebo. Y en menos de dos horas vendió la caja más barata, con seis jeringuillas precargadas con 1.000 unidades de EPO cada una, a 14.429 pesetas en total (la caja más cara contiene seis jeringuillas de 10.000 unidades y cuesta 144.367). El boticario hizo caso omiso de que el Eprex (de Jansen-Cilag, el único laboratorio que lo distribuye a los almacenes) es una de las tres marcas comerciales -junto con el Epopén (Pensa) y el Erantín (Boehringer-Manheinn)- que contiene la síntesis de la EPO, hormona menos famosa por su uso terapéutico para enfermos de riñón y de cáncer que por convertir en un escándalo el último Tour y disparar una de las mayores crisis del deporte mundial.

Según la jefa del almacén de farmacia de una clínica de Madrid, la tentación de un buen negocio es potente: "Éste es un medicamento muy caro, se vende poco y no creo que las farmacias pongan pegas para venderlo". En efecto, la reacción del personal a cargo de las farmacias consultadas era descaradamente interesada. Si conocían que se trataba de un reportaje para un periódico advertían de la imposibilidad de vender Eprex: "Esto no lo podemos vender nosotros, ni con receta. Esto se vende a los hospitales directamente". Cuando no eran avisados, mostraban incredulidad, y luego se prestaban para la transacción sin hacer más preguntas: "Eprex... uso hospitalario... en dos horas lo tiene... ¿pero sabe cuánto cuesta?". Y en dos horas la caja estuvo disponible, incluso con un redondel (puesto con bolígrafo) en el símbolo oficial que restringe su uso a los hospitales.

Anabolizantes

Diversos farmacéuticos consultados explican que no es difícil conseguir anabolizantes en farmacias: "Para medicamentos como el Winstrol, que contienen esteroides, el Ministerio de Sanidad no exige un registro de las recetas, a diferencia de lo que ocurre con las hormonas o los anestésicos", señala un farmacéutico de Las Palmas. En cualquier caso, como explica un farmacéutico en la calle Alcalá de Henares, "mucha gente, sobre todo ligada al mundo del culturismo o aspirantes a bomberos, es capaz de recorrerse todo Madrid, porque siempre algo pillan". Según este farmacéutico, los medicamentos más reclamados son los esteroides anabolizantes como el Winstrol y el Testex, que provocan el desarrollo muscular y sólo se pueden vender con receta. Sin embargo, estas sustancias se consiguen en el mercado negro, por ejemplo en algunos gimnasios de culturismo, y a precio más bajo.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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