El Nobel premia a los líderes moderados del Ulster
El Sinn Fein felicita a los dos galardonados, a pesar de que su dirigente, Gerry Adams, haya quedado excluido
Dos de los protagonistas del proceso de paz en Irlanda del Norte recibieron ayer el premio Nobel de la Paz. El prestigioso reconocimiento a sus esfuerzos, más que como una recompensa, era visto como un acicate para continuar invirtiendo energías en la todavía incierta empresa de reconciliación en el Ulster. John Hume, el líder nacionalista católico, y David Trimble, el dirigente unionista protestante, compartieron el galardón por su compromiso con el plan aprobado en abril y que busca poner fin a 30 años de guerra. El premio para los responsables de las principales fuerzas políticas del Ulster confirmó algo que se venía rumoreando desde hace días: el galardón iba a ser concedido a los políticos que están empujando el proceso.
Quizá la única sorpresa fue la exclusión de Gerry Adams, el líder de Sinn Fein e interlocutor indispensable en las negociaciones políticas mediante las cuales se busca eliminar el arsenal y razón de ser de su brazo armado, el Ejército Republicano Irlandés, IRA. Hume, el jefe del Partido Social Demócrata Liberal, al igual que otros políticos manifestó que la omisión no debe ser interpretada como un desdén. El premio, dijo, "es para todo el pueblo irlandés y sus partidos políticos". "Éste es un importante espaldarazo para el proceso de paz, un impulso para la construcción de la nueva Irlanda", declaró el historiador de 61 años minutos después del anuncio efectuado en Oslo. Acosado por periodistas que se habían aglomerado en la sede de una convención económica en su ciudad natal de Londonderry, Hume reiteró que el propósito del proceso aprobado por el 71% de los irlandeses durante el referéndum de mayo pasado busca cicatrizar las heridas de tres décadas de conflicto y "transformar la sociedad irlandesa".
Hume es el arquitecto de ese proyecto y el hombre que en 1994 estableció los primeros contactos con el IRA, que producirían más tarde la primera tregua en la larga y cruenta lucha guerrillera. Trimble, jefe del Partido Unionista del Ulster, tomó el extraordinario riesgo de conducir al campo unionista por la senda del diálogo con el Sinn Fein, a pesar de la enorme oposición protestante a cualquier contacto con los nacionalistas mientras el IRA mantenga sus arsenales.
Desde Denver (Colorado, EEUU), donde se encuentra promoviendo inversiones para el Ulster, Trimble declaró a la BBC que confiaba en que el premio no fuera un reconocimiento prematuro. "Aunque existe el mecanismo para la paz, ésta todavía no se ha conseguido. Espero que [el premio] no resulte prematuro".
Nueva generación
Ambos son exponentes de una nueva generación de políticos pragmáticos y dispuestos a tomar riesgos históricos en pos de un acuerdo para Irlanda del Norte. Con apoyo de Washington, Londres y Dublín están patrocinando el proceso que el 31 de este mes debe continuar con la instalación del comité ejecutivo de la Asamblea autonómica elegida en junio. Hume, que comenzó su cruzada de paz hace tres décadas, ha sobrevivido a dos atentados contra su vida. Trimble, que apareció en el horizonte político a comienzos de esta década, se arriesga a una sublevación dentro de su partido. Pero Adams también está corriendo riesgos incalculables por aceptar un diálogo con los protestantes al que se oponen corrientes radicalizadas dentro del campo republicano.
En realidad, el Nobel de este año no premia un logro concreto sino que reconoce los esfuerzos de políticos empeñados en llevar adelante un proceso arduo y accidentado. El Nobel pretende alentarles a continuar por esa senda. Fuentes de casi todo el espectro político norirlandés estaban ayer de acuerdo: el Nobel a Hume y Trimble va a comprometer aún más los esfuerzos para vencer los obstáculos. Y éstos no son pocos.
Para comenzar, fuertes sectores rebeldes del unionismo mantienen inquebrantable su oposición a que el Sinn Fein se integre en el Ejecutivo norirlandés sin antes arrancar del IRA una clara promesa de desarme total. Tampoco existe una fórmula de compromiso en torno a la espinosa cuestión de la reforma de la policía, el Royal Ulster Constabulary, una fuerza de 12.000 hombres formada casi totalmente por protestantes y que los nacionalistas ven como una extensión del poder militar británico en la isla.
Si en algo están de acuerdo protestantes y católicos es en que el proceso atraviesa por una fase crítica y que, como tantas veces en el pasado, las esperanzas de un arreglo pueden despedazarse.
El Sinn Fein felicitó a Hume y a Trimble sin hacer referencia a la omisión de Adams. Como era de esperar, la reacción del campo radicalizado del protestantismo fue estridente. Ian Paisley hijo, el primogénito del furibundo predicador que lidera la campaña contra Trimble, dijo: "Una vez más, el premio Nobel ha sido una farsa. Estos señores no han conseguido la paz ni son pacifistas".
El primer ministro británico, Tony Blair, felicitó también a Trimble y a Hume afirmando que "el mundo observa con admiración al Ulster y desea que su pueblo lleve a cabo este proceso de paz" y dijo que los galardonados "han enviado una señal de esperanza a otros atribulados puntos del planeta como Oriente Próximo". Dijo que Hume y Trimble habían asumido "enormes riesgos" y subrayó que ambos eran "símbolos de las dos comunidades".
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