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Mafias y Estados son cómplices, según el Observatorio de la Droga

El crimen organizado se alía con esferas "cada vez más altas"

El Observatorio Geopolítico de las Drogas (OGD) revela en su informe anual, publicado ayer en París, una creciente alianza cómplice entre el crimen organizado y esferas "cada vez más altas del propio Estado". Citando a Rusia y a las repúblicas ex soviéticas, así como a México y a Turquía, el OGD constata que "esta confluencia entre los Estados y la criminalidad se exhibe a plena luz".

El OGD subraya que esa "criminalización de la política" constituye un freno para el desarrollo de los países afectados. "Las actividades mafiosas proporcionan beneficios más sustanciosos, y sobre todo más rápidos, que la economía formal". El informe estima que varias docenas de participantes en la sesión extraordinaria de la Asamblea General de la ONU contra la droga el pasado junio -entre ellos jefes de Estado o sus representantes- "tenían o habían tenido, personalmente o como delegados de países implicados, conexiones con la criminalidad, con el tráfico de drogas o con el blanqueo de dinero".

El informe del Observatorio, financiado por la UE, ha sido realizado por 200 investigadores, entre corresponsales, periodistas y miembros de la ONU. Sólo algunos países no aparecen en sus páginas. En el caso de Turquía, la organización ultraderechista Lobos Grises, que se nutre económicamente del tráfico de heroína, está "protegida por altas personalidades del Estado, que la utilizan para eliminar a sus enemigos políticos".

Para adecuarse a las exigencias del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, México abandonó su principio de "soberanía alimentaria". El producto agrícola mexicano ha experimentado un descenso y los campesinos se han puesto a cultivar cannabis y peyote "para asegurarse la supervivencia". "La vía del narcodesarrollo" emprendida por México mediante alianzas entre gobernantes, banqueros, grandes empresarios y narcotraficantes es bendecida por Washington, indica el informe.

Suráfrica

Suráfrica se ha convertido en protagonista importante de tráficos internacionales de cocaína y derivados del cannabis, así como en un productor notable de drogas de síntesis. El negocio lo organizan en el país nigerianos, italianos, rusos y chinos. Un policía de cada 10 se ha visto implicado en un caso de corrupción por droga en 1997. En Rusia operan traficantes de esos mismos países, además de tayikos. Según el comité de estado de Aduanas, cada vez es más frecuente la utilización de aviones de transporte de las Fuerzas Armadas para introducir drogas procedentes del Asia central. Desde abril una ley controla "los estupefacientes y las sustancias psicotrópicas", pero según el Observatorio "descuida totalmente los aspectos ligados al tráfico para dedicarse, de forma muy conservadora, a los consumidores".

En Asia, Birmania sigue siendo, pese a las campañas antidroga "destinadas ante todo a la opinión internacional", el primer productor mundial de heroína y el segundo de opio, cuya producción no cesa de crecer en Afganistán.

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