"Madrid es una ciudad mestiza de gente interesante"
Es uruguayo, y se le nota.Eduardo Nogareda toma mate amargo todas las mañanas, costumbre que no ha dejado aunque lleve 22 de sus 54 años viviendo en Madrid. Habla con acento rioplatense, si bien de vez en cuando suelta un "pues" de lo más madrileño. Llegó a España, junto con su esposa y tres hijas, huyendo de los golpes militares que condicionaron las historias de Uruguay y de Argentina. Aquí nació su hijo menor, dejó de impartir clases de Literatura e hizo de todo, hasta que se acercódefinitivamente a la música, aunque vive de su trabajo como corrector en prensa diaria. Admira a Joan Manuel Serrat, al escritor Antonio Muñoz Molina y a su compatriota Mario Benedetti.Pregunta. Sólo le queda algo de acento latinoamericano. ¿Cuándo llegó a España?
Respuesta. Vine a mediados de 1976. Salí de Uruguay en el 73, cuando el golpe militar, y a los tres años salí de Argentina por lo mismo. Soy de esos que se han ido moviendo por la geografía a golpe de sable.
P. ¿Echa de menos su ciudad natal o Madrid le ha conquistado definitivamente?
R. Me siento tan uruguayo como español. No sabría decir qué cosa se extraña, porque la lista de cosas concretas sería muy larga. Creo que en general todo se reduce, o todo se sublima, en extrañar una manera de vivir: ese ritmo de vida pausado que tiene la gente de Montevideo. Uruguay y su gente tienen una especie de culto a la pausa.
P. ¿Cómo es Madrid?
R. Madrid es una ciudad interesante. Un lugar fascinante. Es una ciudad mestiza donde se ve cada vez más una mezcla muy bonita de gente, tanto de nacionalidades diferentes como de tipos muy variados. Es una ciudad grande y una gran ciudad, creo que las dos cosas.
P. ¿Cuál es su lugar preferido de la ciudad?
R. Por decir uno, la plaza de Santa Ana. Resulta cálida, simpática.
P. ¿Cómo se acercó a la música?
R. Siempre me interesó. Desde joven trabajé en la radio, como locutor, programador, sobre todo en musicales. Empecé a los 17 años, y me fui volcando para el terreno de los cantautores, hacia la gente que hace música pero que valora mucho el texto.
P. ¿Puede decirse que es usted cantante de profesión?
R. No me considero un cantante. El oficio de cantar es muy difícil. Me propongo sumar experiencias. Lo mío es un ejercicio de comunicación. En mi nuevo espectáculo hago una mezcla de trabajo escénico, con un guión en el cual hay algunas canciones. Trabajo mucho con el humor. Va todo mezclado.
P. Al parecer, la mezcla le resulta interesante...
R. El respetar el sentido de la mezcla a mí me parece bueno. La vida en sí es una mezcla tremenda de cosas. ¡Huy! Perdón, se me escapó una canción. Viernes, a las 23.30, en el teatro Estudio (Cabeza, 14; metro Tirso de Molina. 1.200 pesetas).
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