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Dos de cada tres parados que piden ayuda a Cáritas son mujeres

Un 65% de los 6.094 parados que en 1997 recurrieron a Cáritas Madrid en busca de ayuda para encontrar empleo eran mujeres. Se trata, en un 16% de los casos, de madres separadas que crian a su prole en solitario. Pero también hay esposas que deciden acudir en busca de ayuda porque sus maridos son reticentes a hacerlo.

Rosalía Portela, responsable del programa de paro y conciencia social de Cáritas, explica que estos datos vienen a confirmar, una vez más, la creciente feminización de la pobreza. "A nosotros llegan aquellas personas que han agotado ya todos los subsidios, a excepción, en muchos casos, del salario social, y que también han apurado todas las posibilidades de ayuda de sus familiares y amigos", afirma.

"Cada vez acuden a nosotros más jóvenes en busca del primer empleo, o con condiciones laborales muy precarias, y parados de larga duración", añade Portela.

La mayor parte de los solicitantes de trabajo en los 25 Servicios de Orientación e Información para el Empleo (SOIE) que Cáritas regenta en Madrid tienen edades entre los 26 y los 35 años en el caso de los hombres y de 36 a 45 entre las mujeres. Destaca su bajo nivel de estudios: más del 50% sólo tienen cursada la EGB. En los centros que atienden a los distritos y municipios del sur el porcentaje de peticionarios con estudios primarios es del 71%.

La mayor parte de estos parados estuvieron antes empleados en el servicio doméstico, las empresas de limpieza, la atención a ancianos y el cuidado de niños.

Un 17% consiguen empleo

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De los 6.094 desempleados que recurrieron a Cáritas el año pasado, un 17% (1.089) consiguieron trabajo. Paradójicamente esta entidad recibió más ofertas laborales que no pudieron cubrirse por la escasa cualificación de los demandantes de trabajo.Además del servicio de búsqueda de empleo, Cáritas concede microcréditos sin interés a desempleados que proyectan montar pequeños negocios. En 1997 hubo 100 peticionarios de estos préstamos. El 66% de los solicitantes tenían cargas familiares y la cuarta parte eran inmigrantes latinoamericanos y magrebíes.

Entre estas personas que ven en el autoempleo la única salida a su situación se dan graves situaciones de precariedad. Con edades medias entre los 38 y los 42 años sólo el 9% han trabajado más de diez años y el 10% han tenido una vida laboral de cuatro años o menos. Además, únicamente una décima parte perciben subsidios de ayuda como el salario social o Ingreso Madrileño de Integración (IMI).

Una de las conclusiones que extrae Cáritas de su informe es que las características sociales (baja cualificación, escasa trayectoria laboral) de muchos parados que recurren a su servicio de empleo hace muy difícil su acceso directo al mercado laboral. Consideran que deben potenciarse pasos intermedios como las empresas de inserción montadas por organizaciones sin ánimo de lucro.

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