Los refugiados kosovares desconfían de Milosevic
Entre los albaneses kosovares obligados a dejar sus casas por un campo de refugiados reinaba ayer el escepticismo sobre el acuerdo arrancado al presidente serbio para acabar con ocho meses de lucha en Kosovo.
"Las noticias de esta mañana apenas han dado un poco de confianza a la gente sobre que puede ser seguro volver a sus casas y comenzar a repararlas", declaró Sahit, un profesor de 28 años. "Pero nadie puede confiar en Milosevic", añadió. "Sin tropas extranjeras sobre el terreno, no habrá solución".
El Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) volvió a reclamar una intervención "urgente y enérgica" de la OTAN para poner fin a la "tragedia humanitaria" en la provincia serbia, según un comunicado difundido ayer. "Cualquier solución que no sea la independencia es inaceptable para el ELK, después de todo lo que los criminales de Milosevic han hecho pasar al pueblo albanés de Kosovo", insistieron. "No consentiremos que un solo partido decida el destino de Kosovo", añadía el texto.
Por su parte, Rusia manifestó su satisfacción por la salida política al conflicto. El Gobierno de Moscú se había opuesto firmemente a una intervención de la Alianza y amenazado con el retorno de la guerra fría, lo que hacía presagiar una crisis en sus relaciones con la OTAN si el ataque militar se hubiera llevado finalmente a cabo.
En España, cuyo Gobierno fue de los primeros en respaldar la acción de castigo a Milosevic, el PSOE hizo saber que si el acuerdo no llega a término, respalda, por razones humanitarias, la eventual intervención con que se ha amenazado a Belgrado. "Hay más de 50.000 personas escondidas en bosques de la zona que pueden morir si no se les asegura el derecho a volver a casa".
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