_
_
_
_

Manifestaciones e incidentes en Francia por la masificación de la educación secundaria

Varias decenas de miles de estudiantes franceses de enseñanza secundaria exteriorizaron ayer ruidosamente en las calles su protesta por la masificación en las clases, la supresión en la práctica de materias reconocidas como opcionales -el español entre ellas-, y la falta de profesorado y de medios. Iniciado la pasada semana en distintas capitales, el malestar estudiantil cristalizó ayer en una jornada amplias movilizaciones que se extendieron por toda Francia.El movimiento estudiantil, que en Burdeos y París congregó a más de 10.000 alumnos, obligó al ministro de Educación, Claude Allègre, a salir al paso con el anuncio de una serie de medidas dirigidas preferentemente a agilizar los trámites administrativos que retrasan la incorporación de profesores contratados.

Científico de formación, partidario de llamar a las cosas por su nombre, aún a riesgo de ser considerado provocador, el nada político ministro de Educación francés admitió expresamente la falta de profesorado en áreas como Educación Física, La Ciencia y la Vida, o el Español, y en una serie de disciplinas profesionales en las que, según aseguró, "hay un verdadero problema de falta de candidatos".

Además de comprometerse a acelerar la incorporación de profesores contratados y de personal no docente -vigilantes sobre todo-, el ministro, amigo personal del primer ministro, Lionel Jospin, anunció la descentralización de los órganos administrativos encargados de contratar al profesorado.

"Yo no soy un mago, no puedo darlo todo inmediatamente", respondió Claude Allègre, a la vista de las pancartas y eslóganes que ayer invocaron repetidamente su nombre envuelto en expresiones más bien insultantes o adherido a la consigna: "Estás muy lejos de ser nuestro campeón". Como no podía ser menos, tratándose de un hombre que no se para barras a la hora de criticar el anquilosamiento de las estructuras educativas, el ministro dio la razón a los alumnos y dijo que le parece "normal" que salgan a la calle a mostrar su malestar.

Incidentes en París

Pese a que en París, donde las unidades antidisturbios de la Policía (CRS) vigilaron de cerca la manifestación, se produjeron algunos incidentes aislados, las distintas marchas convocadas por la coordinadora de liceos transcurrieron generalmente sin sobresaltos, en un ambiente relajado y casi festivo. "No somos sardinas", gritaban los estudiantes para ilustrar la cifra de 40 alumnos por aula que se da en sus liceos. Los manifestantes de París utilizaron profusamente tambores, trompetas, chiflos y toda clase de instrumentos sonoros para hacerse oír.Está por ver si la proverbial franqueza de Claude Allègre y sus anunciadas medidas lograrán hacer callar al movimiento que ayer ocupó las calles.

Las movilizaciones se producen unos meses después de que se materializara una propuesta de reforma del bachillerato francés, plasmada en un documento de 50 principios básicos a cuya formulación llegó una comisión tras analizar los resultados de una amplia encuesta en los centros.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_