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Grupos anticatalanistas centran sus iras en Zaplana y le tachan de "traidor" por el pacto lingüístico

Portaban senyeres con crespón negro y pegatinas con la leyenda No mos faran catalans y fueron los más activos a lo largo del recorrido de la tradicional procesión del 9d"Octubre, en que la senyera sale del Ayuntamiento de Valencia para rendir homenaje al rey Jaume I. Los integrantes del Grupo d"Acció Valencianista (GAV) y otros irreductibles militantes secesionistas centraron ayer en el presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, sus iras por el pacto lingüístico alcanzado recientemente y rechazaron la "Academia catalanista de Zaplana y [Joan] Romero", el secretario general del PSPV. A Zaplana le llamaron "traidor" y "vendido al catalanismo". La procesión registró menos afluencia de público que otros años, debido al puente.

Unas 15.000 personas, según indicaron fuentes de la Policía Local, presenciaron ayer desde las aceras la tradicional procesión del 9 d"Octubre en la que la enseña valenciana abandona el Ayuntamiento de Valencia para ser llevada ante la estatua del conquistador en el Parterre. Menos gente que otros años, debido al largo puente festivo, según coincidieron muchos de los dirigentes políticos que desfilaron con la senyera. El tradicional acto se inició a la no menos tradicional hora de las 12 del mediodía, en que la bandera descendió por el balcón principal para ser portada por el primer teniente de alcalde Alfonso Grau, al que ayudaban la socialista Ana Noguera, el regionalista Társilo Piles, el popular Silvestre Senent y el secretario municipal, Vicent Miquel, quienes llevaban los cordones. Desde la plaza del Ayuntamiento, la larga comitiva se dirigió a la catedral, donde se celebró un Tedéum oficiado por el arzobispo, Agustín García Gasco. Posteriormente la senyera fue llevada hasta el Palau de la Generalitat, donde el Gobierno valenciano le rindió homenaje, para reemprender poco después la marcha con destino al Parterre, donde se celebró la ofrenda floral al rey Jaume I. Las calles por las que discurría la procesión estaban tomadas por los secesionistas, quienes,con sus pegatinas -No mos faran catalans- bien visibles, ocupaban siempre la primera fila,desde donde podían increpar libremente a los políticos, especialmente a Eduardo Zaplana. El dirigente del GAV, el ultraderechista Juan García Sentandreu, estaba desde primera hora al frente del operativo. Los militantes de este grupo anticatalanista, que rechaza de plano el acuerdo lingüístico, se fueron desplazando para lanzar sus proclamas e insultos en varios de los puntos por los que pasó la comitiva. Su principal objetivo era el presidente del Consell, Eduardo Zaplana, al que tacharon de "traidor" y de estar "vendido al catalanismo". El secretario general de los socialistas valencianos y candidato a presidente de la Generalitat, Joan Romero, tampoco quedó al margen. A pesar de todo, la procesión transcurrió sin incidentes y si los secesionistas destacaron tanto fue porque una mayoría de valencianos prefirió tomarse el largo puente y abandonó la ciudad.

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