El PSC vaticina que TV-3 y Catalunya Ràdio arrastrarán en 1999 una deuda de 90.000 millones

El Grupo Socialista calcula que a finales de 1999 la deuda acumulada de TV-3 y Catalunya Ràdio ascenderá a 90.000 millones de pesetas. El dato lo facilitó ayer en el Parlament el diputado Josep Maria Carbonell durante la comparecencia de Jordi Vilajoana, director general de la Corporación Catalana de Radio y Televisión (CCRTV), ante la comisión de control de la televisión y la radio autonómicas. El diputado socialista, como ha hecho en otras ocasiones, expresó la preocupación de su formación por el estado de las cuentas de la CCRTV. A tenor de las cifras que aportó Carbonell, la deuda de la CCRTV a largo plazo en 1997 ascendía a 46.537 millones, mientras que la pendiente a corto subía a 10.489. Las previsiones para 1998, aseguró el diputado, son de finalizar el ejercicio con una deuda de 72.000 millones. Vilajoana no desmintió estos números, pero los matizó, y afirmó que la deuda es fruto de la indefinición del modelo de financiación de los medios públicos, un problema, dijo, que no afecta exclusivamente a TV-3 y Catalunya Ràdio. El director general recordó, por ejemplo, que la subvención a la CCRTV ha bajado en 2.000 millones en los últimos cinco años (de 15.000 en 1992 a 13.000, en 1997), en un periodo en que la producción televisiva ha aumentado espectacularmente (14.000 horas en 1996; 23.000, en 1997) y se ha apostado por las series de ficción propias, que tienen un coste más elevado que las compradas. "Cada capítulo de Laberint d"ombres cuesta tres millones de pesetas, pero es una inversión que estamos obligados a hacer porque proporcionamos trabajo a actores y profesionales, e impulsamos la industria audiovisual catalana", argumentó. El director general manifestó a continuación su inquietud por el debate que se está desarrollando en las instituciones europeas sobre el futuro de las televisiones públicas y su modelo de sostenimiento, en el que se han oído voces favorables -"desde la derecha, pero también desde la izquierda", subrayó Vilajoana- a la supresión de la publicidad y de los partidos de fútbol en las cadenas subvencionadas. Vilajoana auguró que si España elimina la publicidad de los medios públicos, los 120.000 millones que éstos ingresan ahora por este concepto acabarán en los privados, y dibujó el siguiente panorama: "Las cadenas privadas podrán invertir más en contenidos como el fútbol e irán arrinconando a las públicas hasta situarlas en una situación de minoría, como sucede en Estados Unidos". Aseguró que "la financiación de todas las televisiones públicas está en peligro", y arremetió contra las "ventajas" de las privadas. "Están ocupando gratuitamente un espacio radioeléctrico que es público, no hace falta que les regalemos 120.000 millones", ironizó. Otra cuestión que se trató en la comisión de control fue la negociación del convenio de los trabajadores de Catalunya Ràdio, actualmente en curso. El diputado de Iniciativa per Catalunya-Els Verds (IC-EV) Jordi Guillot se interesó por el asunto y reivindicó la equiparación salarial y de condiciones laborales de los empleados de las emisoras de la Generalitat con los de TV-3. Vilajoana se declaró contrario a la equiparación económica. "Se trata de dos empresas independientes de dos sectores diferentes. Eso hace que no sea razonable ni lógico que los trabajadores tengan el mismo sueldo", argumentó. Por otro lado, la comisión rechazó, gracias a los votos de Convergència i Unió y el PP, que el director de informativos de TV-3, Josep Maria Torrent, comparezca en el Parlament. La presencia de Torrent ante la comisión había sido solicitada por el Partit dels Socialistes (PSC), IC-EV y Esquerra Republicana para que diera explicaciones de "algunos aspectos deficientes" en el tratamiento de las noticias.