La estación de autobuses de San Sebastián se hará en Easo o Amara

El futuro emplazamiento de la estación de autobuses de San Sebastián en el centro de la ciudad, en Easo, está supeditado a un informe que van a encargar las instituciones para calibrar el coste que supondría su emplazamiento, tanto si se soterran las vías de tren como si la terminal se construye bajo las vías. El estudio tomará como referencia la inversión que supondría ubicar la estación en las riberas de Amara- Loiola, donde el Ayuntamiento dispone de una reserva de suelo. Representantes del Gobierno vasco, de la Diputación y de todos los partidos representados en el Ayuntamiento donostiarra, así como de las compañías de autobuses se reunieron ayer para tratar de alcanzar un consenso sobre el emplazamiento más idóneo. Todos coinciden en que la plaza Easo es el lugar más adecuado por su centralidad, pero el Gobierno vasco hizo notar que los costes de soterrar las vías son muy elevados, además de que Euskotren necesitará espacios amplios, y en superficie, con el incremento de viajeros que se va a producir con la apertura de la línea férrea a Lasarte. Existe además un problema técnico, ya que recientemente se soterró en la zona un colector, que debería desviarse si se decidiera hundir la vía férrea. Por lo que se refiere a la oferta de la promotora Inmobiliaria Frontera para construir por su cuenta una estación de autobuses soterrada bajo las vías, a cambio de una concesión por 75 años, los representantes políticos e institucionales no descartaron la propuesta. No obstante, ayer acordaron crear una comisión que redacte el pliego de condiciones para el informe de viabilidad técnica y financiera de las tres alternativas: sobre o bajo las vías de la estación de Easo y en las riberas de Loiola. El emplazamiento que parece casi descartado es el subterráneo bajo el parque Araba, al comienzo de Amara Nuevo, dado que afectaría a la masa arbórea del lugar. San Sebastián es una de las contadas ciudades de España que carece de una estación. Miles de usuarios se ven obligados cada día a utilizar las precarias instalaciones de la plaza Pío XII.