La "RevistAtlántica" de Cádiz presenta en Nueva York el número homenaje a Lorca

En nueve meses de 1929 y 1930 Federico y Nueva York formaron una de las parejas entre poetas y ciudades más fructíferas que haya dado la literatura en español. Poeta en Nueva York es desde entonces una referencia capital de la poesía. La presentación en el Centro Rey Juan Carlos I de la New York University del número de homenaje a García Lorca -titulado, a la viceversa, Nueva York en un poeta- de RevistAtlántica de Poesía, editada por la Diputación de Cádiz, estuvo la noche del lunes pasado repleta de claves literarias y geográficas. Empezando con que Lorca y Nueva York nacieron el mismo año: el poeta en Fuentevaqueros y la ciudad en el mapa, como resultado de la fusión definitiva de los cinco barrios que hoy la constituyen. No ajeno a la dimensión diplomática de la celebración del centenario, el embajador de España ante las Naciones Unidas, Inocencio Arias, asistió al acto. Aunque el número 16 de RevistAtlántica salió a la calle en junio -el 17 está a punto de hacerlo, dedicado a Cuba y a los poetas andaluces del exilio: Cernuda, Juan Ramón, Alberti, Altolaguirre-, sus directores, Jesús Fernández Palacios y José Ramón Ripoll, no lo consideraron completo, sentimentalmente hablando, hasta la lectura neoyorquina, cuando la imagen carismática del autor andaluz se fundió con las voces de 12 poetas "hispánicos y del sur". Lorca, recuerda Ripoll, vio en Manhattan "arista y ritmo, forma y angustia", y, a pesar de la soledad que sintió en sus calles -"y más si es un hombre del sur", precisaba el poeta en una carta- al embarcar hacia Cuba y Europa reconoció que aquí había recibido "la experiencia más útil" de su vida.