El cultivo y engorde de caracoles se afianza en Almería Babas bajo control
EMPRESAS» Asociación de helicicultoresLa condición inexorable de lluvia y humedad que requieren los gasterópodos para su cultivo y, por tanto, para la consiguiente cata, puede quedar extinta en poco tiempo, al menos en el sur de España, donde los viveros de caracoles no proliferan tanto como en las regiones norteñas. Comer caracoles en cualquier fecha y con cualquier situación climática es sólo cuestión de planificación e infraestructuras adecuadas: un trozo de tierra, agua, plantas que alimenten a los alevines y, claro está, caracoles, muchos caracoles. Atrás quedaron los efectos terapéuticos que el arrastrado animal provoca sobre la piel humana. Las babas que secan verrugas o que tersan el cutis nada tienen que hacer ante las posibilidades del caracol como producto alimenticio. Un grupo de empresarios almerienses ha culminado el proceso de compra, engorde y venta del exquisito molusco y han descubierto que las bondades climáticas del levante andaluz convierten a la provincia en lugar ideal para la helicicultura. "Almería es un lugar de excepción por el clima privilegiado que tenemos, que hace que en las fechas en que los caracoles escasean nosotros podamos mantener la producción más alta. Además también permite tener los caracoles en parque al aire libre, cosa que sólo existe aquí", explica Francisco Vargas, presidente de la asociación de helicicultores de Almería. Los 15 miembros que componen la asociación han sido, en España, pioneros en unir sus fuerzas para estar mejor representados. Sin embargo, cada uno, de forma autónoma, gestiona sus correspondientes hectáreas con caracoles. En el mes de mayo decidieron emplearse por entero a este negocio. Su aportación en cifras a la economía andaluza: 40 hectáreas de parque para el cultivo de alevines, a razón de dos puestos de trabajo fijos por hectárea. El número de horas que el sol brilla en los cielos almerienses, el terreno calizo en el que se asientan los viveros y la temperatura suave que existe durante el invierno en la provincia, otorga al molusco un inconfundible y sabroso gusto que el paladar detecta inmediatamente. En menos de seis meses los helicicultores de las comarcas del Poniente han conseguido establecer una red de comercialización con un alto índice de demanda de la especie helix aspersa, conocido popularmente como caracol boyuno o "bobet". Con un peso que no baja de los 8 gramos la unidad, sus productores lo suministran en bolsas de 5 kilos a un precio que oscila de 700 a 1.000 pesetas el kilo. Aunque por el momento la venta es en vivo no descartan otras posibilidades de envase: "Contactaremos con restaurantes franceses a corto plazo y probablemente la forma de envase cambie con ellos. De todas formas el objetivo es poder montar una nave en el futuro y venderlos congelados", apunta Vargas. Las perspectivas para la temporada próxima, de noviembre a marzo, se antojan favorables: 10.000 kilos de caracoles por hectárea. A largo plazo queda el deseo de crear un producto con denominación de origen que Vargas tiene en mente: "Se trata de producir algo típico de Almería, pero también con todas las peculiaridades que rodean al consumo de caracoles en la provincia, como las salsas". Las fincas exclusivas para el caracol reproductor sí serán una novedad segura para el próximo año, ya que hasta la fecha compran el alevín a empresas del norte. Con la materia prima asegurada y la plantación ecológica de coles forrajeras que destinan a estos animales, el proceso entra en marcha. "Sólo se debe pensar en tener los 100.000 litros de agua diarios necesarios para cada hectárea", advierte el presidente de los helicicultores. Como proyecto a largo plazo queda la producción de caviar blanco, elaborado con las huevas del molusco. Este producto, muy consumido en el norte de Europa, alcanza unas cotizaciones en el mercado algo desorbitadas. La proporción de 1.000 caracoles necesarios para cada kilo de huevas explica que su precio oscile entre las 200.000 y 600.000 pesetas. Sin embargo, llegar a esos niveles de suministro supone "aglomerar toda la producción relativa al caracol y habilitar un microclima especial necesario para el caviar blanco", objeta Vargas. Si la idea proyectada para la próxima primavera es favorable, tal y como dice entre sonrisas este helicicultor, el cultivo de caracoles "puede ser la alternativa al invernadero". MARÍA JOSÉ LÓPEZ DÍAZDirección Carretera de Negite-Berja s/n. Berja (Almería) Empleos 80 Facturación 160 millones de pesetas al año Producción Cultivo y envase de caracoles Cada hectárea requiere 100.000 litros de agua diarios y puede producir 10.000 kilos de caracoles por temporada
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