Borrell presenta su programa y ofrece a Aznar apoyo contra el cerco nacionalista

El candidato socialista a la presidencia del Gobierno, José Borrell, acusó ayer de debilidad extrema al presidente del Gobierno, José María Aznar, por haber cedido una y otra vez a las demandas de sus socios nacionalistas en el Parlamento hasta el punto de que lejos de asegurarle la gobernación del país "están apuntalando la disgregación de España". No es tarde del todo. Borrell ofrece a Aznar el apoyo "leal" del PSOE "para que no tenga que ceder a ningún trágala más". Esta oferta la formuló el candidato en el día que su partido se comprometió a trabajar sin desmayo para lograr que llegue a La Moncloa.

Más de 2.000 personas se reunieron ayer en el Parque Ferial Juan Carlos I de Madrid para arropar a José Borrell como candidato socialista a la presidencia del Gobierno. El político socialista presentó su Manifiesto, aprobado por el Comité Federal, jaleado por los militantes de su partido y por representantes de colectivos progresistas pero sin vinculación formal con el PSOE. Quizá en atención a ellos, y como primera prueba de que Borrell quiere traspasar la puerta de su organización, el tradicional anagrama del puño y la rosa fue sustituido por esa flor, aunque de línea más estilizada que la tradicional. La sintonía musical tampoco fue la de siempre sino que fue sustituida por una nueva encargada a un compositor para esta ocasión.A los ciudadanos allí presentes les gustó el planteamiento de Borrell a juzgar por los aplausos que le dispensaron, empezando por el ex presidente del Gobierno Felipe González, sentado durante todo el acto junto a Borrell. González asentía repetidamente con la cabeza cuando el que fuera su ministro de Obras Públicas describía sus temores sobre el peligro que corre la unidad de España.

"Aznar tiene en nosotros el aliado fiel que le tiende la mano para que no tenga que ceder a ningún trágala que le impongan sus socios en el Parlamento". Tras dos años y medio de Gobierno del PP ésta es la primera vez que el PSOE se ofrece solemnemente al Gobierno para que se apoye en el primer partido de la oposición y se libere de los nacionalistas. Aunque no fue más explícito resultó evidente que la oferta se inscribía en exclusiva a todo lo que tiene que ver con el Estado autonómico, que va desde la financiación hasta las cada vez más fuertes reivindicaciones nacionalistas que pasarían por la reforma de la Constitución y de los Estatutos.

Antes y después de la oferta, Borrell arremetió con dureza contra José María Aznar, a quien culpó de que los nacionalistas hayan ido elevando más y más el tono de sus peticiones.

Pero antes fue el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, quien calentó el ambiente. Tras "asegurar" a Borrell que todo el partido trabajaría con él para que ganara las elecciones, Almunia urgió a que la victoria socialista llegue pronto por el bien de la inmensa mayoría de los ciudadanos. También habló de la unidad de España. "El PNV y CiU han encerrado a Aznar en una ratonera, le tienen cercado y no le dejan moverse".

Almunia habló con ironía de la búsqueda del centro del PP, que empezó "con Fraga de embajador en Londres con Franco". Y al pasado de Aznar también se refirió Borrell. "Nos alegramos de que Aznar se haya reinsertado en el marco constitucional, ya que hace veinte años no estaba". Esta alusión es un nuevo recordatorio socialista a artículos escritos por Aznar al finales de los 70 poco favorables al curso de los acontecimientos que conducían a lo que fue la Constitución de 1978.