El fiscal dice que los secuestros de Iglesias y Ortega se hicieron del mismo modo

El fiscal de la Audiencia Nacional Ignacio Gordillo afirmó ayer que los secuestradores del funcionario de prisiones afiliado al PP José Antonio Ortega Lara también secuestraron al industrial guipuzcoano Julio Iglesias Zamora y solicitó penas de 15 años para cada uno de ellos por un delito de detención ilegal. Los miembros de ETA Jesús María Uribecheverría, José Miguel Gaztelu, José Luis Erostegui y Javier Ugarte ya fueron condenados a 32 años de cárcel cada uno por el secuestro y la tentativa de asesinato de Ortega Lara.Gordillo aseguró que los secuestradores son los mismos -a pesar de que Iglesias dijo no haberlos visto y no haber identificado el zulo en la visita que realizó al mismo- porque toda la forma de operar es similar. En ambos casos, el secuestrado fue esperado a última hora de la tarde, cuando llegaba en coche al garaje de su casa, y narcotizado.

Lo único diferente habría sido el móvil, que en el caso de Iglesias fue económico mientras que en el de Ortega fue político.

También en ambos casos los secuestrados permanecieron en condiciones infrahumanas en un agujero. Fue el mismo, según el fiscal, pero tras el secuestro de Iglesias se dieron cuenta de que había mucha humedad y se decidieron a agrandarlo y acondicionarlo.

Contraseñas

El fiscal recordó que los etarras Gaztelu y Erostegui relataron minuciosamente cómo se produjo el secuestro de Iglesias e incluso las contraseñas para la liberación: trozos de una canción insertados en una sección de Egin.Gordillo lamentó que no se hubiera podido conocer cuánto dinero y cómo se pagó a los terroristas el rescate para la liberación del empresario.

La Asociación de Víctimas del Terrorismo, que intervenía como acusación, solicitó penas de 20 años por un delito de detención ilegal para cada uno de los etarras al estimar que son aplicables al caso los agravantes de alevosía y ensañamiento. Igualmente, reclamó una indemnización de 200 millones de pesetas para Iglesias por los daños morales y psicológicos sufridos por su cautiverio.

La abogada de los etarras, Ainhoa Baglietto, no quiso hacer informe de defensa por expreso deseo de sus clientes, que no confían en el tribunal.

En el turno de última palabra, antes de que el juicio quedase visto para sentencia, Erostegui, que no había hablado durante la primera sesión, lanzó un discurso en euskera en el que señaló que la tregua supone un momento de ilusión del pueblo, que quiere una paz justa dentro de la autodeterminación.

El etarra agregó que el Gobiernos español y el francés deben dar la palabra al pueblo para que abra su futuro y que su decisión ha de ser respetada.